Chaman. - El desastre humanitario en Afganistán va en aumento, y la ONU estima que más del 70% de la población afgana de las principales capitales del país huyó de sus hogares, en tanto los refugiados contaron a la prensa el horror de los bombardeos norteamericanos. Los refugiados confirmaron que, tal como los anunció el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), hay varios miles de afganos que huyen de las grandes ciudades, como Kabul, Herat y Kandahar, y aseguraron también haber encontrado niños hambrientos o muertos y familias desesperadas.
Hameel, que tardó seis días en llegar a Pakistán, viajando con un grupo de cinco familias, afirmó haber contado al menos 28 cadáveres de civiles en la cunetas de las rutas, y contó que la ciudad de Kandahar -feudo talibán- está casi deshabitada y no quedan más que piedras. Una mujer de 30 años, con el rostro demacrado, que rechazó dar su nombre, relató que huyó de Kabul, la capital afgana, hace unas dos semanas, después de que su marido murió en un bombardeo.
"Tomé a mis cinco hijos y mendigué los transportes hasta la frontera. El viaje duró cinco días". Al sexto día llegó a 500 metros de la demarcación, y finalmente fue autorizada a entrar en Pakistán. "Mírenme. No tengo nada", se lamentó. Otro refugiado, Abdul Gafoor, explicó que toda su familia -un total de 18 personas- murió por un misil en Tarai, en la provincia de Uruzgan, y contó que huyó a Chaman, en Pakistán, llevando a dos huérfanos.
Abdul Karim, seis de cuyos familiares quedaron heridos en los bombardeos contra Herat, expresó que los ataques aéreos contra esa ciudad "han enterrado vivos a muchos civiles". Abdul Mauroofi afirmó, desde su cama en el hospital de Quetta, que 20 civiles, entre ellos nueve niños, murieron cuando el remolque del tractor en el que viajaban fue alcanzado.
Enviado del Papa
El Papa Juan Pablo II designó un enviado a Pakistán para que coordine las ayudas de la Iglesia Católica destinada a los refugiados afectados por la guerra que huyen de Afganistán. Monseñor Josef Cordes permanecerá en Pakistán hasta el 30 de octubre para cumplir el encargo del Pontífice. "El dolor de innumerables hombres, mujeres y niños pide en voz alta un alivio tangible. En particular la dolorosa situación de los refugiados requiere esfuerzos inmediatos por parte de todos los que se encuentran en condiciones de poder ayudar", dice el Papa Juan Pablo II en el mensaje que Cordes lleva al país asiático.
Monseñor Cordes que coordina las organizaciones católicas humanitarias, se entrevistará en Pakistán con el ministro de minorías religiosas y con responsables de organizaciones humanitarias. (Ansa y Télam)