Año CXXXIV
 Nº 49.281
Rosario,
viernes  26 de
octubre de 2001
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Una tradicional alianza se deteriora inesperadamente

Herbert Winkler

Washington. - La guerra contra el terrorismo internacional pone inesperadamente bajo presión la tradicional alianza entre EEUU e Israel. El presidente estadounidense, George W. Bush, que nunca disimuló su simpatía por Israel, criticó duramente las acciones del ejército israelí en los territorios palestinos y abogó en dos ocasiones por la creación de un Estado palestino, lo que le enfrentó a los israelíes. "El gobierno ha decidido que necesita urgentemente el apoyo del mundo árabe a su guerra contra el terrorismo", declaró un antiguo embajador estadounidense en la región. En los medios de comunicación norteamericanos se contempla como algo ya establecido que los aliados árabes de la coalición contra el terrorismo sólo la apoyarán si cambia algo en el conflicto palestino-israelí mediante, a sus ojos, un comportamiento de Washington más objetivo.
Israel no puede entender que EEUU no vea la intervención de su ejército en territorio palestino como algo similar a los ataques aéreos contra Afganistán. Según Jerusalén, las acciones en ambos casos se dirigen contra terroristas y el atentado en el que murió la semana pasada el ministro de Turismo israelí, Rejavam Zeevi, no ha hecho más que subrayar la necesidad de un trabajo conjunto. "Ambas situaciones no se pueden comparar", señaló Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca, porque en Medio Oriente ambas partes aceptaron el Plan Mitchell. La espiral de violencia tiene que retroceder y EEUU quiere contribuir a ello de manera imparcial.

Autodefensa
Al grupo de presión israelí en EEUU no se le ha ocultado que el tono del gobierno norteamericano ha cambiado. "Extremadamente preocupado" se expresó Abraham Foxman, director de la Liga Antidifamación, en una carta al secretario de Estado Collin Powell sobre la exigencia de retirada del ejército israelí de los territorios palestinos. Según Foxman, tal exigencia está en contradicción con la política exterior de EEUU aplicada hasta el momento, que contemplaba el derecho de Israel a defenderse.
Pero las exhortaciones d George W. Bush al líder de la Autoridad Nacional Palestinas, Yasser Arafat, fueron más duras que las que hizo al primer ministro israelí, Ariel Sharon. Al contrario que con Arafat, Bush se entrevistó con Sharon en varias ocasiones. Fueron necesarios los ataques terroristas del 11 de septiembre contra EEUU para que se produjera un cambio en este sentido.
EEUU no ha actuado hasta ahora contra la utilización de armas norteamericanas en las acciones israelíes contra palestinos. Según la ley de control de armas, éstas sólo pueden ser utilizadas para la seguridad interna y la legítima defensa. Infringir esta ley podría suponer el fin de la ayuda militar.
Con 3.000 millones de dólares, Israel es, junto a Egipto, el mayor destinatario de la ayuda militar y económica estadounidense. (DPA)


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