Año CXXXIV
 Nº 49.281
Rosario,
viernes  26 de
octubre de 2001
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Serán para Millet, León y el ARI trucho, también para Boasso y el Ejecutivo
Se viene un festival de comisiones investigadoras en el Concejo
El pase de facturas después de las elecciones llegó al Palacio Vasallo. La Alianza en su momento más crítico

Diego Veiga

Por si algo le faltaba al culebrón político local, a partir de la semana que viene se crearán en el Concejo tres comisiones investigadoras para hurgar en el desempeño de algunos ediles y funcionarios. Una investigará "la conducta y presuntas irregularidades en que hubiera incurrido el concejal Jorge Boasso por su doble función de edil y ejecutor fiscal". Otra se abocará a seguir la pista de una supuesta vinculación del diputado nacional Juan Carlos Millet y la concejala Daniela León con la maniobra electoral del ARI trucho. Por último, una tercera comisión intentará develar si el Ejecutivo cometió alguna irregularidad al confeccionar un expediente que compromete a Boasso que, según denunció este edil, "se hizo violando el secreto bancario y adulterando documentos".
Así están las cosas en el Concejo doce días después de las elecciones y con los ánimos aún muy exaltados por fuertes acusaciones y chicanas de toda índole.
Lo cierto es que si bien todo hacía prever que la sesión de ayer se convertiría en una verdadera batalla campal, la realidad demostró que siempre hay tiempo para esquivar las balas.
El comienzo fue a toda orquesta, ya que se declaró músico distinguido al cantante Gregorio de la Vega y este no dudó un instante en dar rienda suelta a los chamamés en pleno recinto y a viva voz. Desde la presidencia, Pablo Cribioli se envalentonó y pidió "otra", quizás pensando que luego comenzaría una sesión que se palpitaba como subida de tono.
Pero no fue así. Primó la mesura, tranquilidad y buenas costumbres, aunque los colmillos aflorarán la próxima semana.
El común denominador fue la tensión. En los pasillos, Jorge Boasso evitó cruzarse con Daniela León, aquella que alguna vez fue concejala de su bloque y que hoy no tiene problemas en mostrarse como su más acérrima enemiga. La causa de esta distancia hay que buscarla en las acusaciones que Boasso le hizo a Millet, a quien vinculó con el armado de la estrategia electoral del ARI trucho.
Sin medias tintas, León desempolvó entonces cheques que Boasso cobró de manos de un empresario del transporte local, a quien días antes había cuestionado con furia en el recinto de sesiones.
Pero ayer algo quedó claro. La mayoría de los concejales se resistió a que su imagen se siga degradando ante la sociedad y por eso buscaron por todos los medios evitar una confrontación Boasso-León en el recinto. Máxime, si se tiene en cuenta que las cámaras y grabadores esperaban ansiosos la hora del debate.
La operación "Aguas calmas" comenzó temprano. Era mediodía cuando León se encerró en el despacho de Cribioli y uno a uno los líderes de los diferentes bloques fueron sumándose a ese encuentro. Por allí pasó Sergio Liberati y unos minutos más tarde Evaristo Monti.
El encuentro duró dos horas y a su término emergió una León más calma que anunció que presentaría un proyecto para crear una comisión investigadora de los actos de Boasso. También anticipó que el proyecto pediría la nulidad de una declaración que en el 94 habilitó a Boasso a trabajar como edil y ejecutor fiscal.
El concejal radical respondió del mismo modo. Pidió que se creen dos comisiones: una para investigar si León y Millet tuvieron algo que ver con el ARI trucho y otra para aclarar supuestas irregularidades en la confección de un expediente que compromete a Boasso.
Los cónclaves comenzarán a armarse el próximo martes, en la comisión de Gobierno que preside la cavallerista Analía Carrió.
En donde no surtió efecto la operación "Aguas calmas" fue dentro de las propias filas usandizaguistas. Algunos hombres que hasta ayer acompañaban a Boasso hoy ya no están tan convencidos y el bloque del cuestionado edil vive un presente interno muy tormentoso. Duros cuestionamientos y una profunda autocrítica sacuden sus cimientos, a tal punto, que el propio Horacio Usandizaga intentará hoy disciplinar a su tropa de concejales en una reunión a puertas cerradas.



Jorge Boasso, un radical en problemas.
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