La dilatación del acuerdo entre la Nación y las provincias y la postergación del anuncio de las nuevas medidas económicas enrareció el mercado accionario de la Bolsa porteña que ayer cerró con una baja del 2,26%, si bien con un escaso volumen de negocios, menos de 10 millones de pesos. El riesgo país se disparó y llegó a los 1.700 puntos básicos, porque los bonos retrocedieron un 0,79 por ciento, mientras que las tasas interbancarias se mantuvieron. La incertidumbre de los inversores hizo retroceder al Merval y rompió con la racha alcista de la última semana. Más allá de las especulaciones sobre las medidas que anunciará el Palacio de Hacienda, comienza a gestarse entre los analistas de Wall Street y en los grandes centros financieros, la imagen de que cualquiera sea su composición, el paquete que dispondrá el ministro Cavallo no alcanzaría para despegar a la economía local de la recesión. En esa dirección, un informe de Morgan Stanley Dean Witter difundido ayer en Nueva York destacó que si bien una eventual dolarización de la economía argentina no representa una solución para los problemas de precios relativos, es probable que tanto ese instrumento como la renegociación de la deuda vuelvan al centro de la escena en el corto plazo. Aún cuando en los últimos días las autoridades argentinas descartaron la vía hacia la dolarización, el trabajo sostiene: "Sospechamos que la atención volverá a enfocarse sobre ella si las reformas venideras -que irían desde un canje de deuda a la renegociación del acuerdo con los gobiernos provinciales sobre coparticipación-, fracasan a la hora de volver a poner al país en la vía del crecimiento". Sin embargo, el vicepresidente del Banco Mundial para Latinoamérica y el Caribe, David de Ferranti, consideró ayer como excesivamente pesimistas los pronósticos del mercado sobre la situación económica de la Argentina, y se manifestó convencido de que el país logrará honrar sus compromisos externos.
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