El Concejo Municipal recibió ayer copia del nuevo proyecto que el Arzobispado de Rosario tiene para la histórica capilla Cristo Rey, ubicada en Fisherton. Se trata del tercer intento que la Iglesia ensaya para ampliar la capacidad del templo, sólo que ahora se diseñó la construcción de nuevos sectores ampliando la fachada y parte del edificio construido en 1927. Todavía se está lejos del consenso. Tan así es que varios concejales de la Comisión de Planeamiento se vieron sorprendidos por vecinos que coparon el anexo del Palacio Vasallo para reclamar que la parroquia se mantenga sin modificaciones (ver aparte).
El cura párroco de Cristo Rey, Livio Gorza, busca así concretar su anhelo de ampliar el templo. Hace tres años ensayó su primer intento fallido, mientras que este año desempolvó su iniciativa y volvió a fogonearla en el Palacio Vasallo. Pero tampoco logró su objetivo. Por el contrario, grupos de vecinos de Fisherton se movilizaron contra la posible demolición del templo y hasta rodearon el edificio con un abrazo simbólico en su defensa.
Ahora -y transcurridas las elecciones legislativas- se presenta este nuevo proyecto que promete mantener el 92 por ciento de la actual construcción, extender la nave principal hacia el fondo del terreno, respetar el estilo original de la parroquia y elevar a 300 el número de personas sentadas en su interior.
Si bien ayer la Comisión de Planeamiento no analizó el proyecto del Arzobispado (no gozó de un pedido de preferencia para su tratamiento), su presidenta, Gladys Comba, consideró que ahora "se cumple con la preservación de la fachada y parte del edificio" y anticipó que apoyará la iniciativa. En igual sintonía se ubica el oficialista Leonardo Panozzo, quien felicitó a la Iglesia "por la actitud superadora y no destructiva que presentan los planos", mientras que Jorge Aseguinolaza subrayó "el cambio sustancial" en la postura del Arzobispado, porque -destacó- "se escucharon las voces del Concejo".
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La Ciudad
