Laura Vilche
"Estoy mal, no puedo más". Estas son las dos frases que no deja de repetir Luciana Monzón ante cualquiera que quiera escucharla. Tiene 25 años y 22 semanas de gestación de un feto anencefálico que morirá apenas se produzca su alumbramiento, según los diagnósticos médicos de la Maternidad Martin. Ayer, luego de acudir a Tribunales, como decenas de veces en estas últimas semanas, Luciana fue a su primera entrevista psicológica. Allí la encontró La Capital acompañada por su marido, Martín Córdoba, de 24 años. Hablar con ella no es fácil. Hace grandes esfuerzos para no quebrarse, pero no lo logra. Su marido, en cambio, ni siquiera puede emitir palabra: "Es que tiene bronca", lo justifica Luciana para luego agregar: "Me están dejando sola y no sé a quién puedo recurrir". El caso de Luciana se hizo público cuando pidió permiso a la Justicia para que se le permitiera realizar un aborto terapéutico. La patología que padece el feto fue lo que motivó su pedido: como el cerebro y la membrana que recubren el cráneo no se desarrolla, la criatura morirá apenas nazca. El juez Rodolfo Bruch fue el primero que no dio curso al pedido argumentando que no le corresponde a él otorgar ese permiso. El magistrado pasó el caso a un juez en lo penal, Luis María Caterina, quien también se excusó. Ahora será la Corte Suprema quien determinará qué fuero deberá intervenir (ver aparte). -¿Como estás? -Mal, ya no sé qué hacer ni a quien recurrir. No puedo más. -¿Qué pensás decir en tu primera entrevista psicológica? -No sé, ya no tengo palabras. Tengo la mente nublada. Me siento mal. A mi hijo Brian, de 3 años, prácticamente no lo veo porque estoy detrás de este tema tan terrible. Cuando mi hijo está conmigo y me pregunta por el bebé, no sé qué decirle. Lo miro, no le respondo nada, entro al baño y lloro. ¿Qué le puedo decir a una criatura de 3 años? ¿Que el hermanito no va a vivir? No sé como explicárselo. -¿Cómo te lo explicás a vos misma? -Tampoco sé explicármelo. Miro mi panza, veo que crece día a día, que estoy en el quinto mes de embarazo y no sé cómo seguir. -¿Cómo te sentís físicamente? -Muy mal. Tengo la presión muy baja. La panza se me pone muy dura, no sé si son los nervios o qué, siento dolor. -¿Sos religiosa? -Sí, soy católica, creo en Dios y la Virgen, pero siento que no puedo seguir con este embarazo. Va a ser peor para mí y para Brian, que le guarda sus propios juguetes a su hermanito. -¿Cuándo supiste el estado de tu embarazo? -Cuando estaba de 16 semanas. Hasta ese momento estaba reilusionada. Queríamos tanto a este bebé con mi marido... -¿Qué explicación te dio el Juez Bruch tras excusarse? -Que no tenía pruebas suficientes para tomar una decisión. Y ahora el juez Caterina también se excusó. -¿Hablaste con el juez Caterina? -Sí. Pero a él le di las gracias por resolver enseguida. -¿Qué pensás de la Justicia? -Que me están dejando sola. Y te aseguro que confié en la ley, no se puede pasar sobre ella. Por eso presenté un recurso de amparo, para que me protegieran. Si no hubiera querido actuar dentro de la ley hubiera buscado intervenirme clandestinamente. Pero no, me niego a eso, quiero que me protejan. -¿Qué vas a seguir haciendo? -En principio, seguiré peleando con las pocas fuerzas que me quedan. Ahora, por ejemplo, vengo a la psicóloga. Imaginate que tengo un hijo que me necesita. Además, también está mi marido, él está muy mal. Hoy discutió con el juez Bruch. -¿Qué le dijo? -Cosas feas que no debería haber dicho, pero imaginate, estamos con mucho dolor y mucha bronca. Estamos mal.
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