Pinky considera que, salvo apagar el aparato, el espectador no tiene defensas contra la mala televisión. "Hay que tomar conciencia del poder que tiene y que hay mucho delincuente que cobra para trabajar allí. Si todos los días yo entro a su casa, le hablo permanentemente y nadie me impide la entrada, usted está frito. Todo es chabacano". Para la animadora, los males tienen razones, fechas y responsables: "El vaciamiento de contenidos empezó en el 73, cuando a punta de pistola les arrebataron los canales a Goar Mestre, a Alejandro Romay y a Héctor García, y la TV pasó a manos del gobierno -no del Estado-. Esto se agudizó con la dictadura militar y siguió con Alfonsín -soy radical, pero no ciega-; cuando Menem privatiza, lo que ofrecía la TV ya era negocio y ninguno de los dueños actuales hizo nada por mejorar. Salvo excepciones, la TV de hoy me parece escatológica y soez. Sobre Canal 7, Pinky destacó que "la gente se desacostumbró a poner ese canal tras esos años inmundos de la época de Sofovich". Asimismo consideró que "el hecho de que el canal no pelee por el rating nos permite que trabajemos mejor y sin presiones".
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