El entusiasmo canalla empezó unos minutos antes de que se cristalizara la victoria. La sensación de que el triunfo ante Banfield no podía escaparse permitía arriesgar los gritos, la proximidad del clásico invitaba a acordarse de los primos que estaban perdiendo en el Monumental y ni hablar cuando el pueblo auriazul se enteró de que el segundo gol fue del Chacho Coudet. Y con los tres puntos en el bolsillo, el juego del equipo ya estaba, al menos, en tercer plano. Todo contribuía para que el domingo fuera redondito para todo Central. Atrás habían quedado los nervios en busca de cortar la dura racha de tres derrotas consecutivas. De saber cómo respondería el equipo ante la presión de salir a ganar y que no le sucediera ante Banfield lo mismo que ante Chicago, cuando se descontaba una victoria y el final encontraba a los auriazules con las manos vacías. Ya había quedado demostrado que Leandro Diema puede reemplazar sin temores a Mauro Cetto. Aunque un solo encuentro quizá no sea la real medida, el pibe nacido en San Lorenzo volvió a mostrar que es una variante válida. Que los centrales auriazules están cada vez más consolidados. Con un Javier Muñoz Mustafá que juega con la cabeza levantada, sin cometer infracciones groseras y con un gran panorama para habilitar a los hombres de punta con pelotazos medidos y al pie. Con el catamarqueño Díaz que ayer se mostró impasable, que cortó cada avance de los hombres de Banfield con una seguridad propia de un defensor experimentado con sólo cuarenta partidos en primera. Aunque no todo son rosas. Ante Banfield le alcanzó con poco pero no siempre será así. Por eso hay que esperar que Juan Antonio Pizzi vuelva a ponerse el traje del Pizzigol, que tiene olvidado desde hace 5 partidos. Pero sobre todo que Juan José López encuentre la fórmula para dotar al equipo de mayor volumen de juego en el mediocampo, donde ayer Luciano De Bruno no pudo hacer prevalecer su fútbol debido a una estructura que no le permite soltarse y tener interlocutores para llegar al área rival con pelota dominada. Lo mismo que le pasó a Lucas Correa en los últimos veinte minutos y a Vitamina Sánchez en los anteriores partidos. Pero Central consiguió ganar, que era lo importante. Y de yapa perdieron los primos y un gol se los hizo el canalla de Coudet.
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