La cosecha récord anunciada hace poco más de dos meses por el gobierno nacional amenaza con diluirse bajo los efectos del agua y las restricciones financieras. Con 3 millones de hectáreas afectadas por el exceso hídrico y el trigo sufriendo el ataque de hongos, analistas del sector privado estiman que las próximas estimaciones de la Secretaría de Agricultura acusarían una baja de 2 millones de toneladas en el volumen final de la cosecha 2001/2002.
De confirmarse esta situación, la cosecha total rondaría entre las 70 y 71 millones de toneladas, un resultado todavía considerable, aunque menor al estimado inicialmente por el gobierno. El ministro de Agricultura de la provincia de Buenos aires estimó que se podrían perder 250 millones de dólares.
La peor situación se registra en Buenos Aires, sur de Santa Fe, sudeste de Córdoba, nordeste de La Pampa y Entre Ríos.
El cultivo más comprometido es el trigo, que se terminó de sembrar en todo el país y que podría sufrir pérdidas productivas de hasta el 7 por ciento.
Las demoras que operarán en los implantes de girasol y maíz hicieron prever al gobierno recortes en ambos cultivos, mientras que la soja podría capitalizar mayores siembras, debido a que cuenta con mayor plazo para su implantación.
En Santa Fe, donde este año se batió el récord de siembra de trigo con más de 1,1 millón de hectáreas, el área comprometida se ubica en el sur. El secretario de Agricultura, Oscar Alloatti, señaló que en zonas del departamento General López, el nivel de precipitaciones acumuladas en los últimos dos meses y medio supera los 500 milímetros, por encima del promedio histórico. Los pronósticos no son uniformes. Hay especialistas que calificaron el año climático climático como "normal", lo que implicaría que la situación tenderá a mejorar, pero hay expertos que indican que esta situación climática podría extenderse hasta principios de diciembre.
Por el momento, según señaló Alloatti, el estado del trigo es bueno en tanto y en cuanto mejore el clima y se trate al cultivo con fungicidas. Indicó que en muchos campos de la provincia, se apeló a la aplicación aérea debido al anegamiento de los caminos y la falta de piso en los establecimientos agropecuarios. Fuentes de la Cámara de Insumos de la Provincia de Santa Fe señalaron que la mayor demanda de productos para hacer frente al ataque de hongos puso en aprieto la capacidad de abatecimiento.
Retrasos en la siembra
La incertidumbre climática se traslada a la siembra de granos gruesos, y se suma a la derivada de las restricciones financieras. La orden emanada por las casas matrices de las multinacionales proveedoras de insumos de reducir el riesgo crediticio en la campaña provocó una cuidadosa selección de los productores a financiar, muchas veces contra garantía hipotecaria exclusivamente.
En cuanto a la situación climática, el exceso de lluvias complicó el avance de la siembra y, según fuentes del sector, podría derivar en una mayor superficie destinada a la siembra de soja en detrimento del maíz. La siembra de la oleaginosa está en un 5% en las variedades más tempranas, aunque el grueso comenzará a implantarse en noviembre. Para Alloatti, el área que puede pasar de otros granos gruesos a soja estaría en el orden de las 30 mil a 40 mil hectáreas. El secretario de Agricultura de la provincia vaticinó que muchos productores optarán por sembrar maíz de segunda, después del trigo, ya que el nuevo paquete tecnológico le permite mantener los rindes y, al mismo tiempo, mejorar el esquema de rotación.
Alloatti se mostró preocupado porque, además del exceso de lluvias, el territorio provincial recibe permanente el agua de Córdoba y Buenos Aires. El otro inconveniente es que las napas están saturadas, por lo cual el agua no corre. De esta forma, la única forma de que se seque el campo es la evaporación, lo que demanda varios días seguidos de sol.
Ezequiel Estévez, analista de Sparks América del sur, señaló que la zona más comprometida en la provincia es el extremo sur del departamento General López, "donde la situación es angustiante, hay gente que tiene recorrer el campo en bote o productores que hicieron silobolsa y ahora no pueden sacar la mercadería".
Estévez señaló que el 50% del área triguera en todo el país está afectada por el exceso de agua y explicó que, en la zona de Venado Tuerto, se pudo sembrar sólo un 55% de la intención original de maíz y el resto pasará a soja si el clima lo permite.
El analista subrayó que "aún en las zonas que no están totalmente bajo agua, la situación climática complica toda la operatividad de la campaña, ya que los productores ven como el fusarium afecta al trigo sin poder entrar a aplicar el fungicida (se apela a la aplicación aérea pero es menos eficiente), se complica la fertilización de maíz y se le escapa la fecha ideal para sembrar soja".
Los hongos atacan
En cuanto al trigo, explicó que los más afectados por el fusarium son los que están entrando en etapa de espigazón y advirtió que "con 60 horas de lluvia prolongada, el frío y el viento, la espora del hongo tiene todas las condiciones para propagarse".
El analista explicó que, aunque es prematuro hablar de pérdidas, las complicaciones de la campaña pueden afectar la producción de trigo y maíz en mayor medida que la de soja. "Soja se va a sembrar, el asunto es cuándo, y qué impacto tendrá en el rinde si se atrasa la siembra", señaló.
Con esta situación, la cosecha récord se empieza a desgranar. Ya el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) redujo las estimaciones de producción de trigo (de 18 a 17,5 millones de toneladas) y maíz (16 a 15,5) de la Argentina, mientras que elevó las estimaciones para soja en un millón de toneladas. Para algunos analistas, en el país del norte "están exagerando el volumen de la cosecha sudamericana". De todos modos, la difícil situación climática todavía no se ha reflejado especialmente en los precios.