"Fue solamente un robo y no tiene tintes xenófobos", sostuvo ayer a este diario la cónsul de Bolivia en Rosario, Margarita Aráoz, en referencia al violento ataque físico y verbal que sufrieron el martes pasado tres trabajadores rurales de esa nacionalidad en una quinta de Soldini donde trabajan. Cerca de las 9 de la noche de ese día Guillermo Pinto, Mauricio y Julián, tres ciudadanos bolivianos, habían finalizado sus tareas en una quinta ubicada a dos kilómetros al sudeste de la localidad de Soldini y se disponían a descansar en una casa del propietario del predio, Ernesto Cruciani. Pero en ese momento irrumpieron siete hombres que derribaron la puerta de una patada. Los intrusos tenían sus rostros con gorras y cuellos tipo polar, por lo que los trabajadores no pudieron verlos. Enseguida, los maleantes golpearon con las culatas de sus armas a las víctimas y los inmovilizaron con sogas y trapos mientras repetían expresiones xenófobas: "Queremos la plata que ustedes se llevan de los argentinos" y "ustedes vienen a robarle el trabajo a los argentinos", fueron algunas de las frases soltadas por los asaltantes. Después, los delincuentes revolvieron toda la casa hasta que encontraron 4 mil pesos en efectivo. Tras ello encerraron a los peones en una de las habitaciones y escaparon con el dinero, un televisor y un equipo de música, aunque los dos aparatos aparecieron poco después abandonados. Sin embargo, Aráoz descartó que el episodio haya tenido connotaciones de xenofobia. "Para mí se trató lisa y llanamente de un robo y no tiene tintes xenófobos", dijo la funcionaria, aunque reconoció que los autores del atraco dijeron una frase agraviante hacia su condición de ciudadano bolivianos. "Les dijeron que le estaban quitando el trabajo a los argentinos", reconoció. Una de las víctimas del atraco es Guillermo Pinto. La mañana anterior al hecho, el muchacho había ido a un banco para cambiar unos 4.000 dólares en pesos porque debía girarle ese dinero a sus familiares del vecino país. Con la plata en su poder, regresó a la casa que ocupaba y, según contó la representante diplomática, "la escondió en la habitación resignado a no poder viajar a Bolivia para entregarles el dinero a sus parientes". Pinto reside desde hace muchos años en la Argentina y no puede regresar a su país porque todavía no tiene su DNI. "Lo que ocurre es que no tiene la documentación en regla porque su actividad laboral no está registrada en un contrato laboral", explicó Aráoz. La cónsul está convencida de que los autores del atraco conocían la existencia del dinero y comentó un dato curioso: el martes pasado la zona era intransitable para vehículos por las intensas lluvias que se habían registrado. "Robaron ese día porque sabían que el móvil policial no podía entrar". Pero hasta anoche, los investigadores no tenían pistas que conduzcan a los autores del robo. "Estamos tratando de buscar un hilo conductor, aunque presumimos que sabían lo del dinero", reconoció una fuente de la subcomisaría 6ª de Soldini.
| Según la diplomática, se trató de "un robo más". | | Ampliar Foto | | |
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