Víctor Omar Balbi fue baleado la noche del jueves desde un auto en movimiento. El hecho podría ser uno de los tantos intentos de asaltos violentos que noche a noche movilizan a la policía rosarina. Sin embargo, la víctima parece no ser una persona común, a raíz de lo que le viene sucediendo en sus últimos 10 años de vida. Balbi, en 1991, denunció por apremios ilegales a efectivos de la Unidad Regional XVII, entre ellos el actual jefe de la policía provincial, el comisario general José Storani. En tanto, en septiembre pasado hizo una presentación judicial tras haber sido intimidado en su casa por un grupo de personas que se conducía en vehículos policiales. Finalmente, los primeros días de este mes, su hijo de 7 años fue víctima de una serie de amenazas que se hicieron extensivas a la escuela donde concurre.
Balbi, de 30 años, fue baleado poco después de las 21.30 del jueves en inmediaciones de su casa. Circulaba a bordo de una bicicleta por Casiano Casas y Uriarte cuando una bala disparada desde "un Ford Escort de color rojo" lo alcanzó en el abdomen y lo hizo caer al pavimento. En el momento del hecho, la víctima debía haber contado con una custodia personal ya que así lo había dispuesto el ministro de Gobierno santafesino, Lorenzo Domínguez, a partir de las últimas denuncias realizadas por Balbi. Sin embargo, estaba solo.
Según fuentes policiales, el llamado anónimo de un vecino alertó a la policía y el hombre herido fue trasladado en una ambulancia hasta el hospital del Centenario, donde se comprobó que la bala había dejado orificios de entrada y salida en la pared lateral derecha del abdomen sin interesar ningún órgano vital, por lo que Balbi no corrió peligro de vida y anoche prestó declaración ante la jueza Alejandra Rodenas, a cargo de la causa.
En 1991, Balbi fue apresado por efectivos de la Unidad Regional XVII mientras conducía una camioneta en la que trasladaba una serie de elementos robados. La mercadería, según el hombre, se la había entregado un hermano del entonces jefe de esa dependencia policial, de apellido Centurión. Tras recuperar la libertad, Balbi denunció haber sido víctima de apremios ilegales mientras estuvo detenido. Entre los oficiales que habrían participado de las golpizas, según dijo, estaba el actual jefe de la policía santafesina, el comisario general José Storani, por entonces comisario inspector a cargo de la mencionada regional.
Pero la historia de Balbi y su extraña relación con la policía no terminó aquel día. En 1995 fue nuevamente detenido y denunció ser víctima de nuevos apremios entre los que incluyó exigencias para que se callara y dejara de formalizar acusaciones.
Intimidación a un chico
El pasado 27 de septiembre, en tanto, Balbi dijo ante la Justicia que un grupo de personas que llegaron hasta su casa a bordo de autos con patentes ART230, que son aquellos incautados y de uso policial, lo intimidaron y amenazaron para que deje sin efecto la denuncia que involucra a Storani.\La serie de hechos tampoco terminó ese día. El hijo de Balbi -de 7 años- y la escuela Cristiana Evangélica Argentina a la que concurre, ubicada en Francisco Netri 1319, recibieron intimidaciones en los primeros días del corriente mes.\Según relató a este diario la vicedirectora del establecimiento, Claudia Alvarez, el 1 y 2 de octubre se recibieron allí sendos llamados telefónicos. La primera llamada "la atendió una empleada y un hombre mayor le preguntó por el nene (Balbi). Después dijo que lo teníamos que echar de la escuela porque sino le iban a pegar un tiro. El otro llamado lo atendía yo, volvieron a pedir por el chico con nombre y apellido completo y me dijeron que si no lo echábamos le iban a pegar y poner una bomba en la escuela".
La Ciudad
