En el Cuarto Simposio de Almacenamiento Cualitativo de Granos que se desarrolló esta semana en el Complejo Parque de España de la ciudad de Rosario, se planteó un protocolo sobre aseguramiento de calidad e Identidad Preservada en trigo para la exportación.
El mismo, que ya ha sido instrumentado por la Federación de Centros de Acopiadores, se basa en un seguimiento desde la producción hasta la bodega del barco, en lo que se refiere a la función netamente vinculada con el acopio, e indica la necesidad de realizar un contrato con un exportador o empresa exportadora para continuarlo en el buque.
Así lo explicó Armando Casalins, asesor técnico de Federación de Acopiadores de Buenos Aires, que resumió los pasos para obtener la Identidad Preservada en granos, mediante una presiembra con un registro de productores calificados por el acopiador que opera en la aprobación e instrumentación de políticas de calidad.
A partir de ahí, intervienen un ingeniero agrónomo ó un perito recibidor de granos, junto a un plantel de especialistas que realizan un seguimiento de la planta en la cual va a estar ubicada la mercadería IP y supervisan mediante registros el tratamiento que durante un lapso se le fue aplicando a los granos.
Esto sin dudas lleva en primera instancia a la realización de un contrato entre el productor y el acopiador, en el cual uno se compromete a sembrar IP en una determinada cantidad de hectáreas de su establecimiento, permitiendo a su vez el acceso de personal calificado para la realización de todos los controles que requiere la identidad preservada durante el tiempo que el cultivo esté sembrado.
Un dato interesante pasa por la presiembra, donde se selecciona la semilla que va utilizar el productor y, en el momento del retiro -casi ya en la siembra- se sacan las muestras con el objetivo de controlar que el insumo represente lo que se busca o requiere.
Posteriormente, ya en la etapa de siembra es necesario marcar el predio a través de la realización de un croquis en el que se delimitan accesos, se les da un nombre a los potreros y además, se tiene la precaución de que estén separados del resto, por lo menos mediante un alambrado, para que en el momento de la recolección o cosecha la máquina no se extienda sobre aquello que no esté dentro del sistema de certificación.
Casalins comentó que el desarrollo del cultivo debe ser controlado por el responsable de IP, quien al mismo tiempo evalúa los insumos que se agregan, aparte de todos los eventos climáticos que acontecen en el tiempo que está expuesto el cultivo.
Para medir los parámetros, se cumple con una etapa de precosecha 15 días antes de la madurez fisiológica con el objetivo de obtener los análisis que correspondan de acuerdo al contrato pactado.
Rumbo a la planta
Una vez cosechado el grano se realiza el traslado con todo un sistema de manejo de camiones que requiere una limpieza especial, y la diagramación de un circuito tipo calesita, es decir, que vayan y vengan pero siempre con la misma mercadería para evitar cualquier tipo de contaminaciones.
"Hay que limpiar muy bien las boquillas", afirmó Casalins, confirmando que bajo esta condición el grano puede ingresar a la planta, pero con un tipo de documentación diferenciada como una carta de porte ó remito que claramente especifique la condición IP y el lote del cual proviene, para poder determinar si está dentro de la certificación o fuera de ella.
El tratamiento en planta debe ser especial para identidad preservada, mediante un circuito paralelo que no produzca los trastornos que se podrían ocasionar si uno sale de IP y luego vuelve al commoditie.
La prima
Más allá de sus ventajas, y la posibilidad que abre para incorporar más valor agregado a lo que Argentina produce, hasta el momento no se ha podido conseguir en el mercado una prima que justifique todo el accionar que demanda un tratamiento de Identidad Preservada.
Actualmente, si bien el descubrimiento de precios no está muy claro, uno puede tomar como eje de clasificación las variedades o grupos (en trigo), con una diferencia de precios que ronda entre 5 ó 6 dólares entre un material IP contra el convencional. Si a eso se le agrega algún parámetro reológico se puede hablar de 10 a 20 dólares de diferencia con el precio del mercado en la cotización del trigo.