| | Tendencias El nuevo presidente de Aacrea, Marcos Rodrigué, esboza el perfil que busca imprimirle a la entidad "Hay que admirar al productor argentino", dijo
| Sandra Cicaré
El productor debe tener en definida la parte comercial, la productiva y la logística para que su negocio sea rentable", sentenció Marcos Rodrigué, el nuevo presidente de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales Agrícolas (Aacrea). El dirigente está convencido de que se viene una nueva tendencia en el negocio del campo que pasa por la concentración e integración entre productores para ganar escala. El fenómeno llega de la mano de la especialización y está acompañado por el avance de la tecnología. Sin embargo, tiene al hombre como eje: "Los individuos son los que hacen rentable una actividad", dijo Rodrigué en este diálogo con La Capital. -¿Qué perfil piensa darle a la nueva gestión de Aacrea? -Estamos trabajando muy fuerte en lo que es la parte actitudinal. Tratando de provocar un cambio en los comportamientos y las actitudes de la gente. En realidad, Aacrea ha pasado de ser una entidad puramente técnica a ser técnica-comercial-empresarial y trabajar muy fuerte en la parte humana, porque insistimos en que el individuo, la persona, el empresario es el factor de cambio. No hay una actividad que sea rentable sino que son los individuos los que hacen rentable una actividad. Entonces, estamos trabajando muy fuerte en eso, a través de un proyecto de desarrollo personal que apunta a que cada cual pueda lograr un proyecto en su empresa y ayudar a cumplirlo. No todos los proyectos son iguales. Para nosotros la diversidad es un valor. En los grupos Crea hay propietarios de 50 hectáreas y de 20 mil, que van desde la cría de chinchillas, ovejas, caballos, vacas hasta agricultores. Entonces, que cada uno pueda lograr su propio proyecto de acuerdo a lo que quiere. -¿Cómo se articulan estos proyectos de desarrollo personal? -Hay un equipo de trabajo que incluso llega hasta encerrarse seis días para hacer un curso de emprendedores para explicar desde cómo se logra formar una empresa, hasta los perfiles ideales de cada productor. Es bastante amplio, con juegos de empresas, cajas de herramientas y una asistencia de lo todo lo que es el departamento técnico-económico e institucional de Aacrea. -¿Esto surge por una demanda o a partir de la detección de casos? -Fundamentalmente hay un reclamo del miembro de Aacrea sobre lo que quiere trabajar o dónde posicionarse. La parte técnica está prácticamente cubierta por las empresas proveedoras de insumos y semillas y el resto no. Por eso estamos trabajando en esto. -El avance de la tecnología en el campo imprimió una marca en el sector ¿cómo definiría el perfil del productor de aquí a futuro? -Creo que esto marcó una tendencia. No creo que recién hayamos empezado ni tampoco que hayamos llegado al final. Estamos en un momento de transición muy fuerte. Hay un tema de concentración que todavía no terminó, creo que va a haber concentración entre los mismos productores que se van a juntar para lograr tener una escala entre ellos mismos, distinta a lo que es un pool de siembra, que es gente que está fuera del sector y se mete en el sector agropecuario porque creen que pueden ganar dinero. Ya eso no va más. Van sí las asociaciones entre productores y creo que esa concentración e integración está vigente. Por otra parte, el productor se está transformando en empresario dándose cuenta que no le alcanza con producir, si lo hace bien no es suficiente, porque si no vende o no compra bien, que son algunas de las columnas vertebrales de su empresa, no puede sobrevivir. Si pensamos que la parte comercial es una columna, la parte productiva es otra y la logística es otra, tiene que usar bien las tres para que le sea rentable el negocio. -¿Cómo ve el escenario del comercio granario para la Argentina a partir de la crisis surgida después de los atentados a Estados Unidos? -Es irresponsable hoy decir lo que va a pasar mañana y en este contexto. Podés pensar que Argentina puede ser el granero del mundo como lo fue en la Segunda Guerra Mundial o no. Porque a lo mejor es una guerra tan grande e importante que hace que nadie te pueda comprar lo que producís. Entonces creo que estamos en un momento de una indecisión porque realmente no sabemos qué va a pasar. Si me preguntan qué pasaba antes, yo hubiese dicho que era muy optimista en cuanto a precios. Sigo siendo optimista en cuanto a producción, pero creo que hasta lo que tenemos fijado como precio no se si va a continuar. Es muy difícil y hay que tener mucho cuidado. Estoy escuchando analistas de mercado que dicen "se cae todo, vendan, compren" y me parece irresponsable hacer un diagnóstico de lo que va a pasar. No se puede decir hoy lo que va a pasar mañana con el mercado. Porque todo lo que digas puede ser o no ser. -A nivel nacional ¿cuál es su pronóstico sobre los resultados económicos de la actual campaña agrícola? -Si tenemos en cuenta que la columna vertebral de una empresa agropecuaria -logística, comercialización y producción- se maneja razonablemente bien va a ser buen negocio. Además, contribuye mucho el tema de la siembra directa que está haciendo que el riesgo sea cada vez menor y se pueda producir en zonas marginales. Soy optimista respecto a eso. Si manejamos bien el tema precios y no sucede nada distinto a lo que pensábamos que iba a pasar y se respetan los compromisos que hay, soy optimista. Está todo muy ligado al sistema productivo, con la aparición de nuevos materiales genéticos que hoy son muy resistentes incluso a sequías. Antes pensar en alcanzar un rendimiento de 55 quintales de maíz estaba supeditado a que todo salga bien. Hoy pensar en 80 y 90 quintales es una cosa lógica. -Esto demuestra que el productor argentino está haciendo bien las cosas. -El productor argentino está haciendo cada vez mejor las cosas. Realmente cuando ves que en Estados Unidos y observás que un productor americano sólo se debe preocupar por producir porque el resto se maneja todo con precios sostén, subsidios, no sabe lo que es ir al banco, si lo hace es para comprar una cosechadora. En cambio acá el que trabaja acá se tiene que matar porque no tiene nada y es innovador, es creativo, tiene imaginación, sale adelante. Realmente hay que tener admiración por el productor argentino.
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