Cuando la pelea llegó al final, con Balbi entero y Lorcy maltrecho, el temor argentino al veredicto de los jueces era lógico, porque existen tristes antecedentes que indican que el local siempre tiene ventaja en las tarjetas. Por eso cuando el locutor oficial anunció un fallo dividido, Pepe se arrodilló sobre la lona y escuchó con enorme angustia los números. El panameño Gustavo Padilla favoreció al hombre de Moreno con un 115-112. Después el japonés Ken Morita ofreció una insólita igualdad en 114. Pero el holandés Mack Meyers hizo justicia al fallar 116-112 para Balbi. Sin dudas que Morita poco entiende de boxeo, pero más allá de su visión, Pepe sumó la victoria 47, quizás la más importante de toda su carrera.
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