Más de 200 personas debieron ser evacuadas ayer luego de que desbordara el canal Ibarlucea por las constantes lluvias que azotan la ciudad desde el domingo. Se trata en su mayoría de mujeres y niños del barrio Nuevo Alberdi, que fueron trasladados al Batallón 121 y permanecerán allí hasta que las condiciones climáticas mejoren. El temporal, que obligó también a evacuar en Villa Banana, provocó además cortes de energía en distintos puntos de la ciudad y, en el Gran Rosario, castigó con fuerza a las localidades de Pérez y Roldán. Desde que comenzó la tormenta cayeron sobre la ciudad 94.8 milímetros de agua, soplaron vientos de hasta 78 kilómetros por hora, y el pronóstico es que siga lloviendo hasta mañana (ver página 16).
La lluvia no se detuvo un instante durante toda la jornada y se convirtió en la peor enemiga de los habitantes de Nuevo Alberdi. En el humilde barrio del noroeste rosarino la naturaleza se empeñó en mostrar su peor cara.
A media mañana, el cauce del canal Ibarlucea dijo basta y desbordó de sus márgenes inundando primero las calles del barrio, y las casas minutos más tarde.
Uno tras otro, los vecinos del lugar recrearon las imágenes de hace un año, cuando el canal también les amargó las vidas. Y la postal se repitió una vez más. Mujeres cargando sus bebés en brazos, niños con los pies embarrados y la cara pálida por el frío y hombres que se negaron a ser evacuados por temor a que les robaran lo poco que tienen, fueron las imágenes que se adueñaron de la realidad de Nuevo Alberdi.
"Es muy difícil explicarles que tienen que irse, y la situación va a ponerse más difícil, ya que en el canal está desaguando toda el agua que viene de los campos del norte", explicó el supervisor general de Defensa Civil, Jorge Arias.
Pero los hombres no entendían de tierras altas y de los peligros de una inundación. "Si me voy, me roban todo", le gritó un joven a uno de los rescatistas de Defensa Civil que intentó en vano convencerlo de que se fuera del lugar.
Mientras tanto, los más pequeños y las mujeres fueron subidos a un carro del que tiraba un tractor y trasladados a un colectivo que los llevó al Batallón de Comunicaciones 121.
El director del Servicio Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies), Omar Matanna, confirmó que "el estado de salud de los evacuados es bueno. Se realizó un relevamiento de todos los bebés y se atendieron algunas heridas superficiales pero nada de gravedad", indicó el profesional.
Sin embargo, en Nuevo Alberdi, una mamá de 29 años y sus hijitos de 9 y 8 fueron trasladados al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. La medida se decidió porque la mujer padece antecedentes cardíacos y había estado muchas horas en su casa con el agua hasta las rodillas.
"Están todos bien", dijo a La Capital una de las médicas que los atendió, quien agregó que en el hospital les suministraron ropa seca y les dieron la merienda.
Por esas horas, la información que se manejaba en el batallón 121 no era muy alentadora. "Los informes que me suministró el personal de la Dirección de Hidráulica dicen que el canal Ibarlucea va a seguir creciendo", confirmó el Secretario de Promoción Social municipal, Miguel Zamarini. No obstante, subrayó que "la ciudad está en condiciones de hacer frente a esta clase de fenómenos".
El personal de Promoción Social y Defensa Civil fue el encargado de recibir y coordinar la ayuda a los evacuados. Los niños recibieron ropa y calzado, al igual que los mayores, y se les sirvió una merienda.
Los problemas en el tendido eléctrico
En tanto, los vientos y lluvias produjeron daños en el servicio de media y baja tensión eléctrica.
En la zona norte, se quemó un transformador de la subestación Rosario Central, por lo cual se produjeron cortes del servicio durante la madrugada. Pero la situación se pudo resolver hacia las 15.
En cambio, en barrio Acindar, dos subestaciones quedaron fuera de servicio y recién a primeras horas de la tarde volvieron a funcionar. A raíz de esto, unos 200 usuarios quedaron unas ocho horas sin luz.
En el centro también se vieron complicadas dos cabinas subterráneas de baja tensión que se inundaron, pero el servicio se restableció hacia el mediodía.
Sin embargo, por la tarde persistían los problemas en la red de baja tensión en distintas zonas de la ciudad. Al cierre de esta edición, los operarios de la EPE trabajaban para resolverles los incovenientes a los aproximadamente 400 clientes que al caer la tarde todavía estaban sin luz.
La Ciudad
