Menos de ocho meses es lo que falta para que el seleccionado argentino procure alcanzar un fútbol total y obtener el tricampeonato mundial entre los mayores. Por lo pronto el equipo de Marcelo Bielsa es desde hace tiempo una potencia futbolística más allá de los límites del continente y un adversario de máximo riesgo para la poderosa Francia dueña de la pelota en Europa y en el mundo. Una victoria es lo que necesita Paraguay en este partido que comenzará hoy a las 18.15 hora argentina para asegurarse la segunda plaza por Sudamérica en el gran certamen que por primera vez organizarán los asiáticos. El árbitro será el peruano Gilberto Hidalgo y el estadio De los Defensores del Chaco será la sede en la que los paraguayos tratarán de vencer a los argentinos, gusto que hasta el presente jamás se dieron por eliminatorias. Argentina ya logró varios objetivos desde que se puso en marcha la era Bielsa (el 3-2-99 en Maracaibo, con una victoria ante Venezuela 2-0, goles de Walter Samuel y Marcelo Gallardo), porque se adaptó al fútbol dinámico y ambicioso que impulsa el rosarino, se completó la tarea comenzada por Daniel Passarella al terminar de formar un grupo de jugadores de primerísimo nivel internacional y el crecimiento y la consolidación de Juan Sebastián Verón como armador le permiten disponer de una estrella rutilante, como probablemente no haya otra en la actualidad. La Argentina de Bielsa también es rica en resultados, ya que tiene 21 triunfos, 6 empates y apenas perdió 6 encuentros (la última caída ya parece una antigüedad, el 26 de julio de 2000, 1-3 ante Brasil, en San Pablo, aunque el contraste ya fue reparado recientemente en el Monumental, también en el marco de las eliminatorias). En el cuartel de Ezeiza el seleccionador preparó a sus muchachos para visitas exigentes a holandeses, españoles, ingleses e italianos y de esas excursiones el grupo salió revitalizado y respetado. Además la selección albiceleste se clasificó para la próxima Copa del Mundo con cuatro fechas de anticipación, por lo que ya se dirige hacia su meta decisiva y factible, la Argentina Magna, la que llene todas las redes y satisfaga todas las expectativas. Mientras intenta optimizar su nivel, el seleccionado de la AFA se presentará en esta ciudad ubicada en la confluencia de los ríos Paraguay y Pilcomayo con el regreso de su máximo goleador histórico, Gabriel Batistuta, quien de este modo, tras un año de lucha contra el tendón rotuliano derecho fundamentalmente, retoma la competencia leal con Hernán Crespo, el otro artillero envidiable. En otra muestra de abundancia, el mediocampista central en esta oportunidad será Matías Almeyda, quien relevará al caudillo Diego Simeone (primero era simplemente por una fecha de suspensión, pero después el Cholo sufrió una seria lesión en el menisco externo y en el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha). Además de Crespo y Simeone, tampoco estarán ante los paraguayos los titulares Germán Burgos y Nelson Vivas, ambos suspendidos por haber superado el límite permitido de amarillas, quienes serán reemplazados por Pablo Cavallero y Mauricio Pochettino, dos jugadores igualmente acostumbrados a viajar de la mano de Bielsa por el mundo. Del lado positivo figuran los regresos desde el comienzo del creador y exacto Verón, el infatigable y certero Juan Pablo Sorín y el propietario de las fantasías del equipo, el Burrito Ariel Ortega. Argentina ya obtuvo mucho y va por lo que le falta para llegar al todo a mediados de 2002. Paraguay tendrá que salir a buscar el boleto con bajas importantes, en especial las de los mediocampistas Roberto Acuña (lesionado) y Carlos Paredes (sancionado). Tampoco podrán jugar el volante Diego Gavilán y el defensor Pedro Sarabia, de River Plate, quienes se recuperan de sendas lesiones en el brazo y el tobillo, respectivamente. Paraguay para pelear por su lugar en el mundo del fútbol dispondrá de la trascendencia en el arco y en los remates con el balón parado de su líder José Luis Chilavert, además de la garra ya legendaria y la eficacia para el juego aéreo tan propia de los albirrojos. Paraguay quiere retorcer las estadísticas ante los argentinos y entrar en Japón y Corea por el arco de Cavallero. (DyN)
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