Darío Marra carga sobre sus espaldas el lastre de un pasado reciente que todavía le provoca culpa. Y aunque por estos días el defensor de Chacarita es una amplia sonrisa que luce orgulloso el traje funebrero, reconoce su grado de responsabilidad por no haber rendido en su paso por Central como hubiera querido. A pesar de la confesión, el ex defensor canalla transmite paz. Sapo de otro pozo en un fútbol al borde de un ataque de nervios, no se sumerge en la lógica frenética que termina por contagiar los discursos de los protagonistas. Por eso, quizás, apela a los medios tonos, a las declaraciones sencillas que nunca cierran la puerta por completo ni dejan al desnudo todas las intenciones. Ni siquiera la convicción de que quedó en deuda con el hincha canalla lo invitan a soltar la lengua con ánimo de revancha. "Ahora que pasó el tiempo lo puedo reconocer. En realidad, Central me dejó libre porque no rendí como todos pensaban. Creo que esa fue la principal causa, después no voy a negar que también hubo algunas desprolijidades de parte de los dirigentes y mía", reconoce el ahora lateral del equipo conducido por Chiche Sosa. -¿Entonces creés que hubo mala intención de parte de los dirigentes al no renovarte el contrato? -No, fue un quedo de las dos partes. Al principio habíamos llegado a un acuerdo en lo económico pero no en la forma de pago. Después la cosa se empezó a dilatar y no llegamos a un arreglo. -Acá corrió otra versión. Muchos dijeron que los dirigentes no quisieron renovarte el contrato porque vos pedías mucho dinero en proporción a lo que había sido tu rendimiento en los últimos años. -Puede ser, por eso te dije que yo también tuve mi parte de culpa. Igualmente si fui titular con Bauza durante tres años tan mal no jugué. -¿Por lo que decís ya procesaste tu ida de Central? -Sí, el tiempo ayuda a todo. Creo que el hecho de estar pasando un buen momento en Chacarita me ayudó muchísimo a no extrañar. Igualmente debo reconocer que mi paso por Central marcó mi carrera. -Más allá de que reconocés tu responsabilidad, ¿qué sensación te dejó la manera en que te fuiste del club? -Quizás lo que me dio más bronca fue que Central no haya podido recuperar con mi ida la plata que invirtió conmigo cuando llegué de Argentinos Juniors. Desde el punto de vista futbolístico fue distinto porque de todos los refuerzos que llegaron con Bauza fui uno de los que más le rindió y de los que más jugó en esos tres años. -¿Creés que hubieras merecido otro trato de los dirigentes? -Siempre dije que lo que decide la popular es lo que uno se merece. A mí me silbaron y me aplaudieron, seguramente cuando pise por primera vez el Gigante voy a saber si el hincha se acuerda o no de mí. -¿Central llegó a ver al mejor Marra? -No porque en los últimos meses que estuve en el club nunca jugué en mi puesto original. Igualmente si el técnico me lo pidiera nuevamente no tendría problemas en hacerlo, aunque debo reconocer que eso condicionó mi rendimiento. Lo que pasa es que jugué siete meses con línea de cuatro y dos años de stopper, que no es mi puesto original. La sensación que me quedó es que si hubiera jugado más como lateral otro hubiese sido mi paso por Central. -¿Cómo creés que terminó tu relación de insultos y aplausos con la gente de Central? -Creo que va a valorar mi paso con el correr del tiempo y no ahora. Igualmente la gente no se olvidará muy fácil de que tuve la suerte de integrar un equipo que llegó a la final de la Conmebol, semifinal de la Libertadores y salió subcampeón del fútbol argentino. -Pero terminaste metiéndote en el corazón de la gente. -No, nunca voy a ser un ídolo de la hinchada de Central. Simplemente me sentí reconocido en algunos momentos, pero tengo claro que el día que vaya al Gigante no me van a ovacionar. -¿Está dentro de tus sueños volver algún día a Central? -No sería lo lógico que un equipo que me compró y después no hace nada para retenerme me vuelva a comprar. Me encantaría regresar por el grupo que se había formado, pero mi ciclo en el club está cumplido. -¿Te fuiste disgustado con alguien? -Es un pregunta complicada porque no sé si la palabra es disgustado. No me gustó que me hayan dejado libre, creí que iban a renovarme el contrato, al menos, por un año más. -Cuando decís no me gustó, le estás apuntando a alguien en especial. -Prefiero no hacer nombres. Hablo en general, quizás si hubiera rendido de otra manera hubiese obligado a renovarme el contrato. -¿Te sentiste manoseado? -No, soy un agradecido por haber jugado en Central.
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