El Papa Juan Pablo II designó ayer al arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, relator general adjunto de la X Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que sesiona en el Vaticano. La reunión se extenderá hasta el 27 de octubre y busca definir el perfil del obispo del tercer milenio que, según propuso el Pontífice el domingo pasado en la inauguración, deberá ser "efectivamente" pobre para ser más creíbles y estar al lado de los excluidos. En otro nuevo gesto de cercanía del Papa hacia el pueblo argentino, el lunes pasado el Papa había nombrado al titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Estanislao Karlic (Paraná), presidente de la comisión para el mensaje conclusivo del encuentro, un cargo que reviste mayor jerarquía habida cuenta de que deberá coordinar a un equipo integrado por una decena de cardenales y obispos de todo el mundo. El anuncio del nombramiento estuvo a cargo del secretario general del sínodo, cardenal Jan Pieter Schotte, quien señaló que el purpurado neoyorquino llevará "un mensaje del Santo Padre y también, interpretando el sentir de todos, la expresión de fraterna caridad y oración de nuestra asamblea". Explicó, asimismo, que el primado argentino presentará, el próximo viernes 12 de octubre, las conclusiones preliminares de la asamblea, en ausencia del cardenal Egan. Al hablar ante la asamblea de prelados ayer, el cardenal Bergoglio recordó que "el obispo debe velar por la esperanza de su pueblo" y, tras explicar la diferencia del término velar con el de "vigilar y supervisar", sostuvo que esta actitud espiritual implica asimismo "mansedumbre, paciencia y constancia de la caridad probada". (DyN)
| |