Una carrera que nació con mucho baile

La carrera de Nicolás Cabré se inició en la televisión bailando en un programa para chicos de Flavia Palmiero. El actor recuerda con cariño esa época y se ríe del despliegue de entusiasmo en el programa. Después llegó el turno de "Son de Diez", la comedia donde Cabré era el novio pícaro de una de las hijas de la familia Diez, encabezada por Claudio García Satur y Silvia Montanari. Tiempo después nació Pol-Ka, donde Cabré vivió el éxito de "Gasoleros" como Alejo, el hijo de Roxi, el personaje a cargo de Mercedes Morán. También pasó por "Carola Casini", donde interpretaba a un chico que quería ser cheff en el seno de una familia dedicada a las carreras de autos.
"Vulnerables" lo tuvo como el hijo de Alfredo Halcón, en uno de sus mejores papeles, donde le tocaba sufrir y amar a un padre mentiroso y aficionado al juego. En "Ilusiones" fue Rafael, un chico problemático que pasó por la cárcel, busca a su hermano adoptado por otra familia, y trata de ser feliz con una chica a la que ama. El futuro está abierto para Cabré, y aunque no adelanta nada, dice que mantendrá una conducta de hacer sólo lo que le parezca de calidad y que pueda ayudarlo a crecer en su carrera.
-Estar en la televisión desde tan chico ¿no te hizo sentir alguna vez la necesidad de alejarte?
-Un par de veces decidí parar y no sentí que me perjudicaba. Para actuar tengo que sentir ganas de hacerlo y a veces necesitás cortar un poco para recuperar fuerzas, pero si la fuerza sirve para algo. Porque si algo que nunca hice ni haré será trabajar sólo por la plata. Quiero decir, nunca hice algún papel por plata, pensando en cuánto iba a ganar. Cuando terminó "Gasoleros" corté un poco, pero después no se trataba de agarrar lo que viniese. Tengo la gran suerte de poder elegir y trabajar en lo que me gusta, y eso en este momento del país es algo de lo que no quiero olvidarme.
-Hay mucha gente que no sabe que empezaste bailando en el programa de Flavia Palmiero, ¿hoy volverías a bailar en televisión?
-La verdad es que no se perdieron mucho (risas). Nunca más volví a bailar. Lo de Flavia fue divertido pero hoy por hoy ni siquiera voy a bailar, y en una fiesta me tienen que dar varios vasos de vino para largarme. La verdad es que estoy un poco acomplejado con el baile (risas).