Una mujer de 24 años, embarazada de cuatro meses y cuyo feto sería anencefálico -sin masa cerebral- pidió a la Justicia que la autorice a interrumpir la gestación, ya sea a través del un parto inducido o de un aborto. El caso será analizado hoy en el seno del comité de bioética de la Maternidad Martin, donde se detectó la anomalía que presenta el feto. Esta historia reaviva la polémica desatada a principios de este año en Buenos Aires, cuando una mujer debió llegar hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que le autorizaran la interrupción del embarazo de una criatura anencefálica (ver aparte).
La paciente rosarina se atiende en un centro de salud barrial. Vive con su pareja y tiene un hijo de tres años. Recientemente recibió atención médica en la Maternidad Martin, donde se detectó la deficiencia que presenta el feto.
"Se practicaron dos ecografías y aún no se pudo determinar si se trata de un caso de anencefalia o de encefalocele", dijo a La Capital la vicedirectora de la maternidad, Silvia Carbogniani. La genetista indicó que se espera el resultado de una resonancia magnética para determinar de cuál de los dos defectos del tubo neural se trata. La anencefalia y la encefalocele son dos malformaciones diferentes: en el primer caso no se forman los huesos del cráneo y en el segundo hay un orificio a través del cual se origina un saco que contiene tejido del sistema nervioso encefálico.
En la mayoría de los casos de anencefalia, si la criatura llega viva al nacimiento, muere a las pocas horas y excepcionalmente puede llegar a sobrevivir algunos días. En cambio, un neonato con encefalocele puede vivir, aunque con distintos problemas de salud.
Daño "psiquico"
La mujer presentó entonces un recurso de amparo ante la Justicia Civil y Comercial para que se le permita poner fin a la gestación. Según trascendió de fuentes tribunalicias, la mujer habría solicitado a los médicos que interrumpieran el embarazo a través de un parto inducido o un aborto. La negativa de los médicos fue lo que la llevó a acudir a los Tribunales.
El abogado que patrocina a la joven subrayó que la embarazada está sufriendo daño psíquico debido a que atraviesa una situación sumamente angustiante, teniendo en cuenta que muy probablemente el feto no logrará sobrevivir.
El caso recayó en el Juzgado Civil y Comercial de la 13ª nominación, a cargo del juez Rodolfo Bruch. El magistrado solicitó al médico forense que informe cuál es la situación de la madre y del feto. Asimismo, pidió que se le haga saber si la joven corre riesgo en esta etapa del embarazo.
Bruch también habría pedido otros estudios complementarios y según se supo se reclamarán informes a distintas cátedras de la Facultad de Medicina.
Según se sabe, este sería el primer caso en Rosario de un embarazo de un feto anencefálico cuya madre acude a los tribunales para lograr la autorización de un aborto o parto inducido para interrumpir la gestación.
"Cuando conocí el resultado de la ecografía, hablé con la pareja y le expliqué el problema", indicó Carbogniani, luego de indicar que el tema ya fue analizado por el comité de bioética de la maternidad.
Este grupo de doce profesionales, entre los que se cuentan médicos, psicólogos, asistentes sociales, pediatras y obstetras, entre otros, se reunirá hoy para discutir el caso. El comité aconsejó en una primera instancia definir el diagnóstico del feto y establecer cuál es el estado psicológico de la pareja. Cuando cuente con esos elementos, dará a conocer su punto de vista desde lo filosófico, antropológico, médico y ético.
Especialistas de la maternidad confirmaron que "en los efectores públicos no se puede practicar el aborto, excepto que se cuente con la autorización de la paciente y con una resolución judicial que avale esa intervención".