Dos turistas contemplan el nuevo paisaje del Bajo Manhattan, mutilado de las Torres Gemelas. Las enormes construcciones habían formado parte de la vida y la imagen de la isla durante 30 años. Desde los atentados del 11 de septiembre, el mirador del Empire State Building se mantenía cerrado al público. Ayer, cuando fue reabierto, centenares de turistas y neoyorquinos se llegaron hasta la cima del histórico rascacielos, que volvió a ser, por la destrucción de las Torres Gemelas, el más alto de Nueva York.
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