Año CXXXIV
 Nº 49.248
Rosario,
domingo  23 de
septiembre de 2001
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El modelo libre, instrumento contra la dependencia

Sergio Sotelo

La inversión en equipamiento informático para una empresa es económicamente costosa. Instalación eléctrica, instalación de red, hardware, software, la suma es capaz de amedrentar a más de un gerente. Sin embargo, en mayor o menor medida, las empresas no pueden darse el lujo de no contar con esta tecnología.
El software representa un costo inicial elevado por sobre el resto. Además aproximadamente cada dos años hay que actualizarlo, que significa reinvertir una suma estimada en un 50% de la inicial. En la mayoría de las ocasiones este paso lleva a tener que adquirir también hardware más potente. Y después de todo ese gasto no siempre se obtienen las supuestas mejoras de productividad.
Esta situación se ve favorecida por el monopolio de productos de software. Pero, ¿cómo se sustenta este monopolio de producto?
Cuando un número suficiente de personas usa cierto formato de datos, irremediablemente este se convierte en estándar, creando total dependencia. A nivel distribución, resulta ser el más fácil de conseguir: las cadenas de venta se aseguran de contar con este software y en algunos casos viene preinstalado en el equipo.
Cualquier iniciativa dedicada a romper esta situación está destinada a producir más de lo mismo: en caso de éxito se obtendrá un nuevo monopolio. Solo los cambios tecnológicos producen la inestabilidad temporal necesaria como para que nadie domine el mercado. Sin embargo, el monopolio de producto por sí mismo no resulta tan malo como el hecho de que, dado que en el mercado gran parte del software es propietario, también tenemos un monopolio, pero de empresa. Este último resulta ser lo realmente peligroso. La empresa en cuestión marca la evolución del producto y su calidad. Todo queda en manos de la empresa dominante, incluso el desarrollo de la tecnología. Además esto favorece a la empresa líder como "palanca" para monopolizar otros mercados.
Pero también existe el software libre. Un programa es libre si se tiene la libertad para ejecutarlo (utilizarlo), sea cual sea el motivo; se tiene la libertad de modificarlo para adaptarlo a las necesidades (en la práctica, para que esta libertad tenga efecto, se tiene que poder acceder al código fuente, cosa que no sucede con el software propietario); se dispone de la libertad de redistribuir copias, ya sea gratuitamente o a cambio de una cantidad de dinero; y se tiene libertad para distribuir versiones modificadas del programa, de tal manera que otros puedan beneficiarse con las mejoras.
Con el software libre, no existe el monopolio de empresa, ya que cualquiera puede utilizarlo y continuar desarrollándolo adaptándolo a las necesidades. Al tener el producto una posición dominante en el mercado, habrá muchas empresas interesadas en él. La empresa original que lo desarrolló estará motivada a seguir haciéndolo, compitiendo de igual a igual con el resto, pero teniendo como ventaja un mejor conocimiento del mismo. En este caso, el control del producto está del lado del usuario, y las empresas se deberán esforzar en mejorarlo continuamente. En el terreno del software libre, el monopolio de producto no implica monopolio de empresa, sino competencia entre empresas.
Los modelos como GNU/Linux y el servidor Web Apache demuestran que el software libre no es "más de lo mismo": no se está ante una nueva situación de monopolio de empresa. El monopolio de producto parece inevitable, pero también, gracias al software libre será posible tener competencia en el mercado. La evolución y el avance tecnológico están garantizados. El usuario agradecido.


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