Marcela Agostini es especialista en clínica médica y trabajó en el Proyecto de Prevención y Detección de HIV-Sida de la CTC en las comisarías de Rosario. Trabaja en el Hospital Centenario y en el Centro de Atención e Investigación a Pacientes Inmunocomprometidos e integra la comisión directiva de la filial Santa Fe de la Sociedad Argentina de Sida. Agostini, de 30 años, relató su experiencia al pisar por primera vez un lugar de detención y aseguró que las deficiencias edilicias y sanitarias de las comisarías desencadenan todo tipo de patologías, como adelgazamiento y deshidratación. -¿En qué consistió la modalidad de trabajo en comisarías? -Se hacía una entrevista a los detenidos, se les daba una explicación sobre la patología del HIV y las formas de prevención. Se les ofrecía la realización de un test confidencial y se realizaba una historia clínica y un examen físico. Luego se entregaban los resultados. A quienes eran positivos se les explicaba los pasos a seguir. -¿Qué factores de riesgo se detectaron? -Encontré un grupo de personas de corta edad -jóvenes de 18 a 22 años con primaria incompleta y algunos analfabetos- en su gran mayoría adictas al tabaco, al alcohol y las drogas. Todos mantenían relaciones sexuales y no usaban preservativo. Se tatuaban, con lo cual intercambiaban agujas. De modo que el nivel de instrucción sobre el VIH era bajo o no lo ponían en práctica. Con respecto a las condiciones que observé en los penales, un común denominador fue el hacinamiento, la falta de higiene, la escasa alimentación, la ausencia de colchones, la falta de provisión de utensilios para comer y la inexistencia de agua caliente. -¿Se diagnosticaron otras patologías? - Las más comunes fueron las micosis, escabiosis (sarnilla), otitis, bronquitis, neumonías, problemas odontológicos, autoagresiones, traumatismos por golpes de puño y lesiones de arma blanca o de armas de fuego. Era notorio el nivel de deshidratación y adelgazamiento. Las condiciones de vida y de detención potenciaban estas patologías. -¿Cómo vivió la experiencia? -El primer día tenía mucho temor, pero encontré una absoluta predisposición de las personas detenidas para colaborar y escuchar. Era notorio como se aseaban antes de la consulta. Fueron absolutamente respetuosos. La experiencia humana fue sumamente positiva y aprendí muchísimo de ellos.
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