Cuando llega septiembre, la alegría invade las calles de la ciudad alemana de Munich, en las orillas del Isar, el río sobre el que tendió un puente allá por el 1158 el duque Enrique el León. Así nació una de las ciudades más jóvenes de Europa, la "Munichen" que en 1255 se convirtió en la capital bávara y donde vivió el emperador Luis el Bávaro. Es el tiempo en que comienzan a aparecer por la ciudad -"la Roma alemana"- los carros de las cervecerías, adornados en secreto, que van hacia las Theresienwiese, las praderas de Teresa, en las que el alcalde espita el primer barril de la bebida rubia. Así comienzan los preparativos para recibir a la Oktoberfest, la Fiesta de la Cerveza que se celebra en octubre, y que los muniquenses consideran la fiesta popular más grande del mundo. Este año la edición 168 de la Oktoberfest se realizará del 22 de septiembre al 7 de octubre, y se espera que lleguen unos 7 millones de turistas de todo el mundo. El año pasado llegaron 6.629.000, que tomaron unos 5 millones de litros de cerveza, comieron 200.000 pares de salchichas y 681.200 pollos. Los bávaros ubican la primera fiesta en 1810, durante las bodas del príncipe heredero, que luego fue el rey Luis I, de 24 años, con Teresa de Sajonia-Hildburghausen, de 18. Para celebrar la boda la Corte invitó a todos los ciudadanos a participar de una carrera de caballos en las praderas cercanas a la aldea de Sendling. Y en medio de tanta algarabía y de tanta cerveza, se bautizaron a esas praderas con el nombre de la novia, Theresienwiese, "las praderas de Teresa", nombre que con el tiempo se abrevió hasta ser simplemente "Weies". Al año siguiente, la gente regresó a las praderas; cantó, bailó y tomó cerveza, y la cita se convirtió en la fiesta más popular del país, mucho más que la de los Rastrillos del Au y la Fiesta de la Primavera. En 1818 se instaló en las "Weies" la primera calesita, y en 1896 los rústicos puestos de cerveza fueron reemplazados por locales más confortables. El crecimiento de la fiesta lo demuestra el hecho de que en 1950 los turistas tomaron 1.500.000 litros de cerveza; en 1970 fueron 3.998.000; en 1990 fueron 5.430.000, y el año pasado se tomaron 6.629.000. En la preparación de la fiesta participan 12.000 trabajadores, y un dato significativo es que el año pasado se instalaron en las calles de Munich 1.440 baños.La historia de la ciudad a la que muchos llaman la "aldea millonaria" cuenta que en 1740 se bailó en Munich el primer vals, aún antes que en Viena; que en 1874 se inventó el frigorífico y que en 1882 se instaló la primera conducción eléctrica del mundo. Lo cierto es que en estos días cercanos a octubre, en esta ciudad que enamoró a Napoleón y a María Callas, a Lenín y a Ford, y donde fue a la escuela Albert Einstein, ya se respiran aires festivos porque están llegando a las praderas de Teresa los adoradores de la cerveza.
| |