Washington. - Las cuadrillas de rescate apuntalaban ayer una sección desplomada del Pentágono mientras los jefes militares, ubicados en otro lugar de la sede del Departamento de Defensa, trataban de levantar los ánimos. En Nueva York, el alcalde Rudolph Giuliani expresó en rueda de prensa que los edificios cercanos a las derrumbadas Torres Gemelas del World Trade Center están siendo controlados dos veces por día por los expertos y no corren peligro de caerse, desmintiendo noticias alarmantes difundidas el miércoles. Nueve edificios se derrumbaron completa o parcialmente como consecuencia del atentado del martes contra las Torres Gemelas, según la prensa, mientras otros diez sufrieron daños serios, pero no estructurales. Sólo en Nueva York hay 5.000 personas desaparecidas.
El World Trade Center formaba un complejo de varios edificios en torno a un espacio cuadrado conocido como "plaza". Entre esos rascacielos, el Liberty Plaza, el Marriott Hotel, el Four World Trade Center, el Five World Trade Center, el Six World Trade Center y el Seven World Trade Center, que se derrumbaron total o parcialmente desde el martes. Eran los edificios más altos de Nueva York, con 110 pisos cada uno y centro de atracción turística. Las Torres Gemelas desaparecieron literalmente del horizonte neoyorquino.
El rescate se vio obstaculizado ayer por la lluvia -por momentos torrencial-, y la perspectiva de que las condiciones del tiempo empeoren en los próximas días. La angustia sigue creciendo con el correr de las horas y las autoridades temen que la fatiga juegue una mala pasada o conduzca a lamentables errores humanos.
Totalmente enlodados, los bomberos y socorristas continuaban extrayendo pieza por pieza la mampostería, incluso directamente con las manos, porque comenzaron a escasear los guantes especiales para la construcción. Sobre la posibilidad de hallar todavía sobrevivientes, el alcalde neoyorquino expresó que "las condiciones del terreno siempre fueron peligrosas. Hoy lo es mucho más, pero seguiremos adelante porque todavía hay esperanzas de hallar a alguno vivo".
Giuliani precisó que se habían extraído 184 cadáveres de entre las ruinas de las torres; sólo 45 de ellos fueron identificados.
Lágrimas en el Pentágono
Paralelamente en el Pentágono los asistentes a una ceremonia religiosa se enjugaban las lágrimas mientras entonaban un himno patriótico. "Mi corazón se aflige por ustedes y ruego que Dios los consuele", expresó el mayor general Robert Van Antwerp en la ceremonia, ante unos 250 espectadores. Van Antwerp aseguró que su secretario y un asistente administrativo murieron en el ataque terrorista. El general tenía una reunión fuera del Pentágono el martes, en los momentos en que el avión caía sobre una sección del edificio.
A través de una ventana se veían grúas que participaban en los trabajos de limpieza y rescate. En un pasillo cercano, obreros con mascarillas quirúrgicas limpiaban las paredes y los pisos cubiertos de polvo. "Hace que uno comprenda su propia mortalidad", expresó un socorrista, el sargento John Trotter, de 21 años. El viernes, Trotter ponía los restos de los caídos en bolsas de plástico y luego en camiones refrigerados.
Las autoridades dijeron que 190 personas, entre empleados del edificio y pasajeros del avión, habían muerto en el ataque. Las cuadrillas de socorristas continuaron estabilizando la sección dañada del Pentágono porque el edificio estaba aún vacilante, dijo Jerry Crawford, jefe de uno de los equipos. (Ansa, AP y DPA)
La Ciudad
