Año CXXXIV
 Nº 49.240
Rosario,
sábado  15 de
septiembre de 2001
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"Tratar el fundamentalismo sin caer en la discriminación"
"Hay que darse el tiempo de explicarles lo que pasó a los chicos", asegura la psicoanalista Ana Bloj

"Hay que darse el tiempo necesario para explicarles a los chicos lo que pasó. Y, paradójicamente, es una buena oportunidad para tratar con ellos el tema de la discriminación y las diferencias culturales". Así, sintetizó la psicoanalista de niños y docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Ana Bloj la tarea que después del atentado a los Estados Unidos les toca enfrentar a los padres. Además de asegurarles a los más chiquitos "un marco de contención", la profesional destaca que "es importante despegar el hecho en sí de quienes pertenecen a la cultura árabe, porque eso puede llevar a fuertes ideas de discriminación". El concepto de "injusticia" y una explicación del fundamentalismo son algunas de las cosas que para la profesional los adultos tienen que intentar dilucidar en estos días.
-¿Por qué es importante explicarles a los chicos qué pasó?
-Es importante hablarlo. Y es muy importante porque si no se hace, los chicos quedan fijados a la imagen de la televisión y no tienen la palabra adulta que les ayude a procesar y simbolizar lo que pasó.
-¿Cómo explicar un hecho como éste?
-Cada adulto encuentra distintos modos de simbolizar lo que pasó, según su propia historia y sus marcas. Hay que decirles la verdad, sin transmitirles una situación de pánico. Asegurarles que siempre van a estar cuidados por un adulto y decirles que esto sucede en un lugar que está lejos, pero que nos afecta a todos porque le pasa a la humanidad. Hay que buscar el momento oportuno porque es una charla a la que hay que dedicarle tiempo. Y esta es una oportunidad para tratar el tema de la discriminación. Con esta situación, los chicos plantean y se enteran de las diferencias culturales, hay que decirles que se trata de distintas costumbres, ni peores ni mejores, y que no hay que atacarlas porque son diferentes. Además, está la cuestión del fundamentalismo, que es un tema importante para conversar. Pero no se trata de estar todo el tiempo hablando del tema, y no hay que permitir que estén todo el tiempo frente a la televisión mirándolo.
-¿Cómo hace con los más chiquitos, que no hablan de terroristas o fundamentalistas, sino que los señalan como "los malos"?
-Esto tiene que ver con un modo de pensamiento maniqueo que tienen los chicos. El hecho en sí, como acto malo, hay que despegarlo de que los malos son quienes pertenecen a la cultura árabe, porque esto es lo que puede llevar a fuertes ideas de discriminación.
-¿A los chicos más grandes hay que intentar darles una explicación sobre el fundamentalismo?
-Sí, hay que explicar qué es el fundamentalismo porque en este momento, cuando los sujetos nos sentimos conmocionados por algo, tenemos mayor disposición para comprender algunas cosas que en la educación se transmiten en forma abstracta. A pesar de que no llegamos a terminar de entender lo que pasó.
-¿Hay que desdramatizar el tema para contárselo a los chicos?
-No sé si hay que desdramatizarlo, porque es un hecho muy grave que tiene que ver con otros hechos que le suceden en la humanidad. Hay que vincularlo con ciertas injusticias de la humanidad y con una comprensión histórica. Es un hecho terrible y hay que poder significarlo.
-¿Hasta dónde pueden llegar a entender la magnitud del hecho?
-Lo pueden comprender. Muchos están bastante asustados y, según la edad, esto va a tener implicancias diferentes y van a procesarlo diferente. También lo procesan según cómo lo recibieron los padres; por eso, hay que transmitirles un marco de seguridad. Una de las fantasías y temores de los chicos es la de la muerte de los padres, pero hay que decirles que los papás están para cuidarlos y que, si no, también hay otras personas que los pueden cuidar.


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