Si de alejar aves se trata, cada aeropuerto tiene su manera. Lejos de inscribirse en un plan estratégico, a la hora de espantar pájaros, quienes se ocupan de esta tarea suelen echar mano a la creatividad o las posibilidades del momento. Así, en el aeropuerto de Córdoba adquirieron un aparato especial que asemeja el sonido de los predadores con el fin de asustar a las aves y mantenerlas a raya de la zona crítica. El equipamiento, que según fuentes del mercado costó cerca de un millón de dólares, surtió efecto por poco tiempo ya que los animalitos que en un principio salieron espantados, se acostumbraron a los sonidos y ahora "suelen pasarse horas trepados sobre el aparato y hasta lo usan para hacer sus necesidades". ¿Y en Sauce Viejo? En la aeroestación de la capital de Santa Fe, la rutina para espantar aves se cumple a través de la cetrería (ahuyentar las aves con animales rapaces, básicamente halcones) un método que tiene la complicación de tener que contar con un "halconero" (persona que lo controla) durante toda la jornada, aunque por cuestiones de presupuesto el horario de trabajo está restringido, lo que hace perder eficacia al método. Además, una vez que el halcón caza a su presa se las come. Lo mismo hacían en el aeropuerto de Foz de Iguazú, pero hace un tiempo decidieron usar pirotecnia. En aeroparque, las aves son espantadas por personas que recorren durante el día la zona en una camioneta haciendo las veces de espantapájaros motorizados. Uno de los problemas más graves que tiene el aeropuerto porteño es que los pájaros suelen cruzarlo diariamente para ir a tomar agua a las piletas de Aguas Argentinas que quedan a pocas cuadras del lugar lo que exige un control permanente, dicen los especialistas. En Ezeiza, la metodología tampoco es muy sofisticada ni continua, aseguran los expertos. Hay hombres vigilando el lugar y corriendo para espantar a los animalitos de la pista cuando ven acercarse alguno, y también usan a los halcones. En el exterior los sistemas aplicados son más caros pero no por eso efectivos, comenta el equipo que trabaja en Rosario. En Gran Bretaña en uno de sus principales aeropuertos cubrieron un relleno sanitario (prohibido por normas internacionales en las cercanías de las estaciones por atraer a las aves) con una media sombra que por su magnitud les costó 2,5 millones de dólares. La eficiencia del sistema de media sombra les duró sólo ocho semanas. En Estados Unidos, tiradores profesionales suelen apostarse en las cercanías de los aeropuertos y disparan para alejar a las aves. El halcón es otro método utilizado con frecuencia.
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