Marcelo Bielsa padece el riesgo de no pertenecer. O visto desde el ángulo opuesto, no cuenta con el beneficio de pertenecer. ¿Es justo que a esta altura se sigan cuestionando algunas decisiones del entrenador? No se defiende ninguna clase de verticalismo o pretensioso Bielsismo, sino que se intenta aportar una cuota de justicia para un ciclo que adquirió visos de grandeza y que si se corona con el título del mundo en Corea y Japón se transformará en el más exitoso de todos los tiempos. Hasta por encima de la era Maradona, que no es poco decir.
Argentina ya les ganó a todos
Se dirá que aún les queda verse las caras con Francia, el campeón del mundo. Ya habrá tiempo para ello. Mientras los galos disfrutan las mieles de no tener que jugar por un lugar en el Mundial de Japón y Corea, Argentina hizo historia en Sudamérica.
El equipo de Marcelo Bielsa le lleva 9 puntos al segundo (Paraguay) por lo que ya se aseguró el primer puesto. Les sacó 12 al tercero (Ecuador) y 14 a Brasil y Uruguay, los grandes rivales de todos los tiempos. ¿Hace falta algún otro dato más? \
Lo que sigue es un prejuicio
Si el director técnico del seleccionado nacional fuera Carlos Bianchi seguramente ya se habría institucionalizado a esta selección como una de las dos o tres más grandes equipos de todos los tiempos.
Porque el Virrey, que por cierto también tiene sus méritos, pero en ámbitos menos trascendentes que los que transita Bielsa, cuenta con el beneficio de pertenecer.
Ayer, la mayoría de los medios porteños eligieron a Ariel Ortega como la gran figura de la cancha, otro que ostenta un favor similar al del entrenador de Boca. Y muy pocos ponderaron como lo merecía a Christian González, el verdadero motor que tuvo el equipo ante Brasil.
El impresionante crecimiento futbolístico del ex canalla le permite hoy gozar de un lugar de privilegio del que muy pocos pueden ufanarse. Es un inamovible en una de las selecciones más poderosas del mundo.
¿Es poca cosa que la selección de Brasil recién haya podido patearle a Burgos en el segundo tiempo a los 23 minutos tras un error de Gallardo que derivó en Rivaldo y el posterior remate de Cafú? \¿Cuántas veces las selecciones argentinas padecieron a la camiseta verdeamarelha con sólo tenerla del otro lado de la cancha? De hecho, ese síndrome se sigue padeciendo en algunas categorías juveniles.
Con deseo de proyección
A continuación, se ofrece una presunción con deseo de proyección: \* La selección argentina será uno de los principales protagonistas en el primer Mundial de la historia que se jugará en Asia. Obviamente una de las grandes atracciones.
Cuenta la leyenda, -sin intentar ingresar en ningún tipo de comparación- que cuando la selección campeona del mundo en México 86 regresó al país, hubo un par de editores de uno de los medios escritos más poderosos del país que se escondieron en los baños de la redacción para no cruzarse con Carlos Bilardo, de quien habían pedido la cabeza hasta el preciso instante en el que el seleccionador puso un pie en el avión que lo depositó en tierras aztecas.
Si la presunción, con claros visos de deseo casi incontenible, se cumple, en la Capital Federal habrá unos cuantos medios de comunicación que deberán pensar en invertir unos cuantos pesos en refacciones.
Si Argentina es campeona del mundo varios deberán ampliar los ámbitos reservados a los sanitarios. No porque hayan adoptado una postura crítica hacia la selección, lo cual sería absolutamente válido, sino porque los cegaron los intereses.
Es que en realidad, les importa un cuerno la selección, sólo pretenden no quedar afuera del negocio. Y desestabilizar a todos aquellos que no quieren jugar el juego que ellos mejor juegan y que más les gusta.