Soldados israelíes apostados en un tanque impidieron ayer el paso a un convoy de la ONU y le dijeron al comisionado del organismo mundial que lo matarían si no daba marcha atrás. Peter Hansen, general de la Agencia de la ONU para Ayuda y Obras (UNRWA), usaba un chaleco antibalas azul claro con una gran insignia de la ONU y se detuvo a unos 30 metros del tanque, cuando ocurrió el incidente. En cierto momento el tanque lo encañonó y otro tanque se acercó al convoy. Tras unos 20 minutos de suspenso, los funcionarios de la ONU y los periodistas que los acompañaban se volvieron, y tomaron caminos alternos para llegar al campo de refugiados de Rafah, donde un día antes motoniveladoras israelíes destruyeron 14 casas.
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