Año CXXXIV
 Nº 49.225
Rosario,
viernes  31 de
agosto de 2001
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El cantante mexicano visitó la Argentina montado en el suceso de "Azul"
Christian Castro: "Me siento el rey de la primavera"
Aseguró además que el éxito de su último álbum refleja su madurez artística

Rodolfo Montes

Christian Castro pasó por Buenos Aires montado en el éxito de su nuevo álbum, "Azul", que, con 70 mil copias vendidas en la Argentina y 700 mil en el mundo, ya le valió varios discos de platino y una popularidad que ansiaba desde hace tiempo. El cantante mexicano, hijo de la actriz Verónica Castro, realizó un brusco giro musical que lo alejó de la balada romántica para acercarlo al pop. El cambio le valió ampliar sus horizontes y, al mismo tiempo, sumar su nombre al pelotón de artistas que surfean en la cresta de la ola del boom latino.
Castro, que no se caracteriza por ser locuaz, confesó a Escenario que disfruta del suceso que trajo aparejada la edición de "Azul". Sin embargo, más allá del glamour y del éxito, reconoció que la vida del artista no es sencilla. "Esta profesión esconde una tragedia permanente, el drama que es la soledad", aseguró el artista, que durante su fugaz visita al país cumplió una apretada agenda, y añadió: "Cuando te disponés a cantar una canción esa soledad desaparece. Mi vida tuvo momentos afectivos difíciles, soledades, todo eso lo utilizo para hacer mis canciones y cantar".
-¿Con qué expectativas llegaste a la Argentina?
-Soy muy bien recibido en Buenos Aires y en todas las provincias de Argentina donde me presento. Me siento feliz de poder volver al país porque la respuesta de la gente es muy buena y muy bonita. Siempre me tratan con mucho cariño y eso me hace sentir muy bien.
-¿Qué representa "Azul" en tu carrera?
-"Azul" representa para mí un nuevo momento de maduración, la posibilidad de plasmar todo un año de vivencias. Tal vez con este disco haya encontrado algo que hasta ahora se me venía escapando, no hablo del éxito, sino de mis sensaciones más profundas, y eso me hace sentir más seguro, más confiado y, al mismo tiempo, más confidente. Creo que le estoy encontrando la melodía, la armonía y el compás de las baladas y eso la gente lo aprecia.
-¿Estás buscando sonar distinto?
-Este disco "Azul" es más pop, más rítmico, fue hecho con un tratamiento similar al que le hicimos a "No podrás", el trabajo anterior, pero me parece que el resultado es más maduro. Hacía tiempo que estaba con ganas de hacer canciones pop y me di el gusto. Así y todo sigo siendo un apasionado de las baladas románticas, a las que quiero desde siempre y seguramnte siempre las querré. Por lo demás, me parece que es muy original decir que nuestro amor "es azul, como el mar y como el cielo azul". Creo que finalmente encontramos la fórmula de la frescura. Fue un paso difícil de dar, pero el riesgo valió la pena.
-¿Cantar fue una vocación desde siempre en tu vida?
-De chico siempre fui muy inquieto y, según lo que me dice mi mamá, no me dejaba agarrar. Siempre estaba haciendo alguna travesura. Fui un chico muy inquieto, me la pasaba bailando y cantando. Me sentía el rey de la primavera. Quizás eso marcó mi vocación por el espectáculo. No lo sé. Pero cantar es algo que me hace sentir muy bien. Me da una gran felicidad.
-¿Influyó en tu decisión tener una madre artista?
-La verdad que le entré muy fuerte a la vida desde pequeño. Me defino como una persona que siempre tuvo muchas inquietudes. Claro, mi mamá es artista y eso de alguna manera debe haber influido en mis decisiones. Pero creo que mi propia inquietud es lo que me llevó a hacer lo que hago. Eso fue lo más fuerte.
-¿Cómo fue tu vida antes de ser artista?
-Vengo de un hogar pobre donde solamente vivían mi mamá, sus hermanos y mi abuelita. Vivíamos un cuartito en el centro del Distrito Federal que es una de las zonas más pobres de la ciudad. Llevaba una vida normal, igual a la cualquier otro chico del barrio.
-Tú mamá primero y después vos cambiaron esa historia.
-Claro, la figura de esa historia fue mi abuela, porque sacó a sus cuatro hijos adelante dándoles estudios universitarios. Así mi mamá estudió actuación y poco a poco se fue perfilando, haciendo comerciales, participaciones en novelas hasta que llegó a realizar protagónicos. Finalmente con "Los ricos también lloran" obtuvo una consagración definitiva. Hoy es una estrella, una diva, pero jamás perdió esa sencillez que tiene la gente que se hizo de abajo. Es una mujer sensible y humilde. Un encanto.
-¿Qué te da haber evolucionado desde un hogar humilde?
-Venimos de muy abajo y eso es lo que nos gusta y nos pone bien. Somos gente como toda la gente.
-¿Cómo empezaste a cantar?
-Empecé imitando a distintos artistas populares, como José José, El Puma Rodríguez. Ellos me motivaron a volcarme a la canción, especialmente a las baladas. También recuerdo a Rafael, Camilo Sexto y, por supuesto, Palito Ortega. Fueron ellos, con sus canciones, los que me empujaron a dedicarme a la canción. Les voy a estar agradecido de por vida.
-¿Cómo llegó el primer disco?
-Lo primero que grabé fue "El gallito feliz", fue mi primer trabajo por así decir (risas). En esa época, si bien ya pensaba en dedicarme a la canción, cuidé los estudios hasta terminarlos y recién después me volqué plenamente a la carrera artística. Creo que no me equivoqué, el tiempo me enseñó que las cosas salen mejor si uno se les da tiempo para que maduren.
-¿Qué te planteás en cada nuevo disco?
-Cada disco es un intento de mayor profundización, de búsqueda. Mi sueño es poder llegar a ser Christian lo más posible. Me preocupa ser auténtico y, por eso, me esfuerzo mucho por sacarle todo el jugo a mis canciones, por vivenciarlas. Vocalmente trato de crear un clima, una emoción. Creo que si no es así la gente no te cree.
-¿Para contar historias de amor antes hay que vivirlas?
-No necesariamente, pero está claro que no se puede hablar del amor si jamás se lo ha sentido. Las emociones no se pueden inventar. Se sienten o no, es así de fácil. Por otra parte, creo que para seguir adelante con esta carrera es necesario disfrutar de la vida, siempre con mucha salud, sobre todo salud mental. También me gusta estar bien del corazón y del cuerpo y ver el mundo de un modo optimista.
-¿Qué te preocupa?
-Mi único miedo es que llegue un día en que no pueda cantar. Pero me siento protegido por mi familia, que es la gente que más se emociona con mis canciones.
-¿Tenés asignaturas pendientes?
-Me frustro cuando no puedo cambiar el rumbo de las cosas o cuando la mentira y la hipocresía dominan ciertas situaciones. En cuanto a mi trabajo, me molesta la falta de tiempo para las cosas, no me gusta tener un agenda llena de obligaciones.



El vocalista dará en octubre una serie de conciertos.
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