Año CXXXIV
 Nº 49.221
Rosario,
lunes  27 de
agosto de 2001
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La valentía de una mujer frustró un robo en Casiano Casas al 2000
Odisea de una familia reducida en su casa por dos asaltantes armados
Un matrimonio, sus dos hijos y sus padres fueron sorprendidos a poco de cenar. Una mujer escapó por una ventana y alertó a sus vecinos, que pusieron en fuga a los ladrones y atraparon a uno de ellos

Lo que prometía ser una cena familiar más se transformó en una verdadera pesadilla para los Coscy, una familia que vive desde hace 18 años en el barrio Parquefield II (avenida Casiano Casas al 2000) y que fue asaltada por dos jóvenes delincuentes. Fueron casi 30 minutos de extrema tensión en los cuales hubo amenazas de muerte a dos criaturas de 5 y 9 años, maltratos a dos mujeres mayores, una fallida ejecución del dueño de casa y el valor de su esposa, que pudo escapar por una ventana y avisar a sus vecinos acerca de lo que sucedía.
De acuerdo a la información policial, el hecho habría ocurrido a partir de un dato erróneo que llegó a los asaltantes. "El dueño de casa -Ariel Mauricio Coscy- es cobrador de Rosario Central y los ladrones pueden haber pensado que en la vivienda guardaba dinero de la cobranza", explicó una fuente de la investigación.
El viernes, alrededor de las 21.30, Silvia Coscy estaba en su departamento de planta baja del barrio Fonavi donde vive. Junto a ella estaba su mamá, una mujer de edad avanzada y casi ciega; sus dos pequeños hijos; su suegra, y su marido, quien en ese momento se estaba duchando. Silvia recordó ante La Capital que estaban esperando la llegada de su suegro para cenar cuando alguien golpeó a la puerta.
"Mi suegra abrió confiada, pensando que era su marido", recordó Silvia. Sin embargo eran dos muchachos que empujaron a la mujer hacia atrás y se metieron en el departamento. Uno de los forasteros estaba armado. Lo primero que hicieron fue cerrar la puerta con las llaves que guardaron en un bolsillo de su pantalón. Enseguida pidieron el dinero que había en la casa y cortaron el cable del teléfono. La escena fue presenciada por los dos hijos del matrimonio, que no tardaron en estallar en una crisis de llantos. "Pedían plata constantemente, yo les ofrecí darles todo lo que había en casa con tal de que se fueran, pero insistían con el dinero. Estaban muy nerviosos", contó Silvia.
Los ladrones ya llevaban unos minutos dentro de la vivienda cuando apareció el suegro de Silvia. El hombre golpeó para que le abrieran y apenas ingresó, lo tomaron por la espalda y lo hicieron tirar al piso. A todo esto, y como los gritos ya eran bastante intensos, el esposo de Silvia se asomó a través de la puerta del baño para observar qué sucedía y fue tomado de los pelos por uno de los delincuentes. En tanto su cómplice lo amenazó con el arma que tenía y, aunque alcanzó a gatillar dos veces, la bala no salió disparada (ver aparte).

Un pedido salvador
Por entonces la tensión había llegado a un límite en el departamento de los Coscy. "Los chicos lloraban desconsoladamente -recordó Siliva- y les rogué a los tipos que me dejaran ir con las criaturas al dormitorio para tranquilizarlas". Los ladrones accedieron al pedido y Silvia se encerró en la habitación. "Mirá que si no encontramos nada, te matamos un pibe", fue una de las tantas amenazas que escuchó la mujer. Mientras uno de los delincuentes recorría la casa buscando el presunto dinero de las cobranzas que hace Ariel y el otro vigilaba al resto de la familia, Silvia trabó la puerta de la pieza con una cama y escapó de su casa a través de una ventana.
A pesar de los nervios, sacó a los chicos y gritó pidiendo auxilio. Diego, un vecino, salió a defenderla y disparó un escopetazo al aire para espantar a los asaltantes. El estampido puso en retirada a los ladrones, que sólo alcanzaron a apoderarse de una cámara fotográfica y un cinturón.
El asaltante que tenía las llaves del departamento tuvo tiempo de abrir la puerta y salir corriendo. En cambio su cómplice, con el arma en su poder, fue alcanzado por un grupo de hombres que llegó al lugar alertado por el robo. "Le dieron una paliza tremenda y el desgraciado no soltaba el revólver", recordaban ayer en el Fonavi de Casiano Casas. En pocos minutos llegó al lugar una patrulla de la seccional 30ª y detuvo al delincuente. Se trata de un menor de 17 años oriundo de Calchaquí, en el norte provincial, quien tenía pedido de captura por haberse fugado de la cárcel de Reconquista. En el departamento asaltado los agentes secuestraron una pistola Bersa calibre 22 utilizada en el hecho.
En el marco de la investigación, la policía allanó ayer una vivienda de Garzón al 300 en busca del otro autor del asalto, pero no lo encontró. Fuentes de la seccional 30ª indicaron que esa persona está identificada y que en su casa "se recuperaron la cámara fotográfica y el cinturón" robados en el departamento.



Silvia Coscy logró pedir ayuda a sus vecinos.
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