Año CXXXIV
 Nº 49.221
Rosario,
lunes  27 de
agosto de 2001
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Intimidad
Las familias de Stepnik y Aymar lo gozaron por TV
Los hogares de las dos chicas rosarinas fueron microestadios

Los hogares de las rosarinas Ayelén Stepnik y Luciana Aymar se convirtieron en microestadios, donde sus familiares siguieron las secuencias del partido contra Holanda con la misma pasión que si lo estuvieran presenciando en la cancha. Y desde la distancia se emocionaron con el nuevo logro de la Polaca y Lucha.
Personajes y casas diferentes, emociones encontradas. Los minutos previos, cuando Holanda estaba apenas un gol abajo, se padecieron una enormidad. Nilda, madre de Luciana, señaló que "al final estábamos con mucho miedo. Pero cuando faltaba un minuto y Luciana tomó la bocha en el ángulo dije: «A la gata no se la sacan». Porque es una gata con la pelotita".
No es casualidad que la vida de Luciana pase por el hockey. En su familia se respira y se disfuta con intensidad. De ahí que una vez que sonó la sirena del epílogo del partido se descargaran tensiones. "Gritábamos, llorábamos. Fue una emoción enorme. Lamentablemente cortaron la transmisión y me quedé con las ganas de ver a quién eligieron la mejor jugadora del torneo", comentó Nilda.
Hasta ese momento no sabía que Luciana había sido la elegida. Esa misma Lucha que los llamó todos los días por teléfono. "Nosotros también le dábamos algunos consejos para los partidos. Le decíamos: «Andate adelante, no hagás idas y vueltas». Si se llega a enterar Sergio Vigil no le va a gustar mucho. Pero uno, además de ser padre, lleva adentro la dirección técnica de su hija".
Es tal el grado de fanatismo de los Aymar que no sólo observaron cada uno de los encuentros sino que los grabaron para verlos posteriormente. "Y si hay un gol de Lucha lo miramos como diez veces", afirmó su madre.
En otro sector de la ciudad, los Stepnik también se reunieron para seguir las secuencias de un capítulo especial en sus vidas. "Se disfruta mucho porque de alguna manera uno está integrado al seleccionado al tener a una hija en el plantel. Es una sensación más fuerte que la que pueden sentir los demás", declaró papá Eduardo.
Si bien manifestó no sentir ninguna clase de rencor, se encargó de remarcar el trabajo esforzado de años que viene desarrollando su hija y que tuvo como corolario el título en Holanda. "Es un largo camino de estar jugando y sacrificándose sin apoyo. Por eso, para nosotros esto es extraordinario".
"La satisfacción mayor es que ese sacrificio se cristalice en triunfos como los logrados el año pasado en los Juegos Olímpicos de Sydney (medalla de plata) y el que se consiguió hoy (por ayer)", continuó.
El tema que más preocupó a los Stepnik, apasionados también por el hockey, fue la fractura del tabique nasal que tuvo Ayelén previo al inicio del Champions Trophy. Para Eduardo no quedan dudas de que eso afectó su rendimiento. "No ha jugado con toda la soltura. Influyó mucho el temor de algún golpe en la nariz".
Cuando se lo consultó si esta victoria fue la que más disfrutaron, el padre de Ayelén indicó: "Son sensaciones diferentes. También nos alegramos con el título en el Mundial junior 93 y con la medalla de plata en Sydney".


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