Ucrania, otrora orgullo de la Unión Soviética por su inmensa industria carbonífera, tiene más de 200 minas funcionando. La mayoría no son rentables tras el colapso soviético en 1991. Luego de que el gobierno de la república independiente de Ucrania redujo sus subsidios a la industria del carbón, la tasa de muertes empezó a ascender. El año pasado, 318 trabajadores de esta industria murieron en el trabajo, incluidos 81 en una explosión en marzo del 2000. Y por lo menos 120 murieron este año. La mayoría de los accidentes se atribuyen a equipo anticuado y a la desobediencia de normas de seguridad. El segundo accidente más mortífero de este año sucedió en mayo: una explosión en la mina Kirov donde hubo 10 muertos y docenas de heridos debido a la violación de los reglamentos de seguridad.
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