Año CXXXIV
 Nº 49.214
Rosario,
lunes  20 de
agosto de 2001
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El perfil del campeón

El Michael Schumacher frío y por momentos desleal de hace unos años es hoy, en el día de su cuarto título mundial, un campeón que sonríe o llora y que planea retirarse en el 2006 como el número uno de la historia y con ganancias anuales de 80 millones de dólares. Nacido el 3 de enero de 1969 en Huerth-Hermuelheim (Alemania), Schumacher sueña a los 32 años con superar los récords que ayer igualó al francés Alain Prost (4 títulos mundiales y 51 victorias) para comenzar a pensar en la marca mítica del pentacampeón mundial Juan Manuel Fangio.
Campeón más joven de la F-1 con Benetton en 1994 (superó por sólo 16 días al brasileño Emerson Fittipaldi), y con 32 jóvenes años que le permiten aspirar a quebrar otros récords en la F-1, Schumacher lució siempre una fuerte y polémica personalidad, como cuando ganó su primera corona tras eliminar en una colisión al inglés Damon Hill (Williams Renault) y repetir la táctica en 1997 con el canadiense Jacques Villeneuve (Williams-Renault) en Jerez, aunque en esta segunda ocasión le salió mal.
Eran tiempos del Schumi frío y arrogante, lejanos del que ahora ríe seguido o llora en el podio, aunque igualmente polémico en los circuitos, al punto que hace sólo un mes casi saca de la pista a su propio hermano Ralf.
Iniciado a los 4 años en el kart (su padre tenía una pista en Kerpen, cerca de Nurburgring), Schumacher ganó allí los títulos alemán y europeo en 1986, luego pasó por la F-Ford y la F-3, en la que logró el título nacional en 1990.
Integrante del equipo Junior de Mercedes en el campeonato del mundo de Sport-Prototipos en 1990 y 1991, la fábrica alemana facilitó su ingreso en la F-1, en la que debutó en el Gran Premio de Bélgica de 1991 a bordo de un Jordan 191 Ford, aunque ya en la carrera siguiente, el Gran Premio de Italia, pasó a Benetton.
En el 92, en su primera temporada completa en F-1, en la que terminó tercero, logró su primera victoria al ganar el GP de Bélgica.
La polémica colisión con Damon Hill en Australia en 1994 y otros toques y cruces verbales en el 95 opacaron sus dos primeros títulos, tras lo cual pasó a Ferrari, que no era campeona desde 1979 con Jody Scheckter.
En 1996 consiguió tres victorias y fue tercero, y en los dos siguientes llegó a la última prueba con posibilidades de conquistar el título, aunque Jacques Villeneuve primero —también polémica mediante— y Mika Hakkinen luego aplazaron la fiesta.
En 1999 todo parecía servido, pero un accidente en Silverstone otra vez postergó todo hasta el 2000 y 2001, años en los que apareció más relajado que nunca y a la conquista de todos los récords, con 51 victorias en 158 GP, 41 pole positions y cuatro títulos mundiales.


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