El campeón debutó con pretensiones de repetir. San Lorenzo arrancó con una goleada por 3 a 0 sobre el ascendido Nueva Chicago, en una exhibición de mayor oficio y oportunismo que buen juego. La expectativa que despertó el partido y que se reflejó en las pobladas tribunas no encontró correlato dentro del campo de juego durante el primer tiempo, donde hubo fricciones, intensidad en la lucha por la pelota, pero escasa claridad en el juego. San Lorenzo intentó hacer pesar su condición de campeón y, bajo la conducción de Romagnoli, se adueñó de la pelota ante un rival ordenado, voluntarioso, pero sin muchas luces. Pese a su claro dominio en los primeros 30 minutos, el equipo de Boedo exhibió dificultades para generar acciones claras de riesgo y Chicago recién emparejó sobre el final y arrancó mejor el complemento. Sin embargo, el campeón reaccionó y golpeó. A los 9' Franco, de cabeza, venció a Frangella con un envío que se metió muy cerca del palo derecho. La apertura le simplificó el partido a San Lorenzo. Aparecieron los espacios y comenzó a ceder el espíritu aguerrido de Nueva Chicago. Leonardo Rodríguez, con un remate que se desvió en Barbona, clavó el seguno. Y poco después Benito selló el tercer gol de un triunfo inobjetable, aunque exagerado en las cifras, que le permite aferrarse a su ilusión y luchar por un nuevo título.
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