Elbio Evangeliste
Muchos pueden ser los íconos que se busquen para ejemplificar una victoria. Las sutilezas, la entrega, el buen juego, el corazón, etc. Todos sirven, más allá de que algunos sean más utilizados que otros -depende del estilo de juego de cada equipo- para hacer sonreír a unos y amargar a otros. Y Argentino eligió dos de los que no suelen fallar: el orden y la efectividad. Así basó su merecida victoria ante Talleres de Remedios de Escalada, uno de los líderes del torneo. Sólido en defensa, compacto en la mitad de cancha e implacable en el área contraria. Condiciones básicas a la hora de pensar en sumar de a tres. El rival inspiraba respeto, pero Argentino salió decidido a faltárselo. Trató de tomar la iniciativa del encuentro, presionando en campo visitante. Pero todo era demasiado parejo. Hasta que apareció el desborde de Robisso por derecha, el centro y la definición de Bagüí desde el piso. El ecuatoriano encontró el regalo de una defensa que otorgó demasiadas ventajas y metió el derechazo al lado del palo para que delire la masa salaíta. El estado del terreno no ayudaba para ver un gran partido, pero más allá de eso ambos equipos ofrecían muy poco. Sobre todo el conjunto tallarín. Argentino se mantenía ordenado, sin dejarles espacios a los intrascendentes delanteros rojiblancos. El albo pudo haber sacado una gran ventaja en la expulsión de Pablo Pérez -le entró muy fuerte a Vanadía-, pero la tonta reacción de Bagüí dejó a los dos equipos con diez. Sin embargo la suerte le jugó a favor. De esa infracción salió el tiro libre de Sampaoli al área de Talleres para que Robisso, tras un rebote, tomara la pelota de aire y dibujara la chilena perfecta. Una joyita. Dos a cero y a cobrar. ¿Había hecho méritos suficientes Argentino para semejante diferencia? Tal vez no, pero la efectividad en el arco contrario lo avalaba. Y así se murió la primera etapa, con una diferencia mínima en cuanto al juego, pero con demasiada holgura en el resultado. El complemento estuvo prácticamente de más. Mientras Talleres seguía sin encontrar los caminos para descontar, la solvencia defensiva -en especial de Corman-, las escaladas de Redondo, las pausas de Vanadía y el peligro de Robisso sirvieron en más de una oportunidad para liquidar el trámite y hacer todo aún más sencillo. Tres puntos vitales. Que no sólo sirven para seguir soñando con zafar del descenso, sino también para poner a Argentino en el lote de los punteros. Y todo gracias a un trabajo sin fisuras.
| |