Año CXXXIV
 Nº 49.213
Rosario,
domingo  19 de
agosto de 2001
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El elegido de la semana
Por la bateas: El regreso de la mítica ELO
Jeff Lynne resucita y refresca el clásico sonido de la Electric Light Orchestra

Carolina Taffoni

Cualquiera podría cuestionar el regreso de una banda, más si se trata de la Electric Light Orchestra. La ELO, todo un símbolo del sonido del pop de fines de los 70 y principios de los 80, hace nada menos que 15 años que editó su último disco. Sus hits ("Ultimo tren a Londres", "Confusión") sufrieron el uso y el abuso de las FMs nostálgicas. Y su estilo, fantasioso y grandilocuente, fue devastado por las implacables huestes del pospunk.
Pero "Zoom" no es precisamente un disco de "el regreso", es más bien un álbum solista de Jeff Lynne, el líder absoluto de la banda, tras la máscara de la ELO. Acá se puede discutir la cáscara, pero no el contenido. Lynne logra revivir el sonido del grupo con una precisión de ingeniería, y se las arregla para que ese sonido, que debería oler a rancio, suene tan fresco como clásico.
Lynne interpretó, arregló y compuso todas las canciones de "Zoom". Del grupo original sólo aparece el tecladista Richard Tandy, y en un par de temas también figuran dos invitados ilustres, George Harrison y Ringo Starr, que dicen mucho del tono del disco.
En "Zoom" Jeff Lynne resume las experiencias que lo enriquecieron en los ultimos años, desde su participación en los Travelling Wilburys hasta su papel de productor de grandes discos, como el "Full Moon Fever" de Tom Petty y el "Cloud Nine" de George Harrison.
Cuando uno escucha el compacto se pregunta si es Jeff Lynne el que absorbió con inteligencia las lecciones de las estrellas que lo contrataron, o si es el líder de la ELO el que aportó su talento para que esos discos brillaran. De cualquier manera, en "Zoom" hay un puñado de canciones cautivantes, que no dejan mucho espacio para andar indagando en la red de influencias. Uno las escucha, las canta, las recuerda, y listo.
Todos los temas demuestran que Lynne sigue siendo uno de los mejores reproductores del sonido beatle, desde las melodías hasta los coros. "Just For Love" podría haber sido un clásico de John Lennon o una canción de George Harrison de "All Things Must Pass". "It Really Doesn't Matter" parece salido directamente de "Cloud Nine". "Ordinary Dream" es una balada bastante empalagosa al estilo de Paul McCartney. "A Long Time Gone" directamente empieza con la guitarra slide de Harrison, por no hablar de "Lonesome Lullaby", el temazo que cierra el disco.
Canciones como "Alright", "Moment In Paradise", "Stranger On A Quiet Street" y "Melting In The Sun" recuerdan a la vieja ELO, con su maquinaria de pop rock inconfundible, ese equilibrio que muchos músicos sueñan con conseguir. También están los rockitos que vienen de la década del 50, como "Easy Money" y "State of Mind" (con reflejos de Roy Orbison), el pegadizo "All She Wanted", con un riff muy similar al de "Get It On" (T.Rex), y el delicioso "In My Own Time", un lento con aires de blues y arreglos de cuerdas.
Jeff Lynne viene a traer una música que no existe ni se consume en el mercado actual. Es vieja, sí, pero saludable. Las radios que viven pasando "Ultimo tren a Londres" acá tienen una buena oportunidad de ir renovando el stock. Por una vez, aunque sea, el presente, retro y todo, debería ser más fuerte que el pasado mismo.



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