Dos ladrones con dominio del oficio asaltaron ayer a un repartidor de cigarrillos en un salón de ventas del microcentro; despojaron al quiosquero de todo el dinero que tenía y huyeron en la traffic del distribuidor con un cargamento de 3.500 atados de cigarrillos. El golpe parecía planificado y hasta el momento la policía no halló rastros de los asaltantes ni del vehículo robado.
El asalto se produjo el viernes a las 16 en un local de Moreno 1009, cuando ingresó al comercio Oscar Humberto Quiroga, un repartidor de cigarrillos de la firma Cipoma S.A., una distribuidora que está ubicada en Dorrego 1860. En el momento en que el proveedor estaba levantando un pedido, dos hombres ingresaron tras él y uno de ellos lo encañonó con una pistola 9 milímetros.
El dueño del quiosco, Daniel Zampedri, de 21 años, quedó consternado tras el asalto: "Yo tenía 40 pesos para pagarle al proveedor de Marlboro. Le estaba dictando la mercadería que quería y cuando levanté la vista vi que un muchacho lo tenía abrazado desde atrás, con la mano sobre el cuello y una pistola en la costilla. Después entró otro muchacho y me dijo que me quedara en el molde", relató Zampedri, quien no ayer lograba reponerse del susto.
Profesionales
El comerciante señaló que los asaltantes eran jóvenes y actuaron a cara descubierta, aunque demostraron profesionalismo. "Nos decían que nos quedáramos tranquilos porque si no nos llenaban de plomo", continuó Zampedri. Con velocidad y determinación, aunque sin perder la calma, los delincuentes condujeron a Zampedri y a Quiroga hacia una pequeña habitación ubicada en el primer piso y los encerraron en el baño.
Antes despojaron al proveedor de su teléfono celular, la billetera y las llaves de su traffic blanca, patente A00755. Al quiosquero le arrebataron los 40 pesos que, asegura, era todo el dinero que le quedaba. Cuando todo parecía haber terminado, los ladrones regresaron al baño donde los comerciantes seguían encerrados y preguntaron dónde estaba el artefacto para desactivar la alarma del vehículo. Quiroga les respondió que se encontraba tras un asiento del utilitario. Los maleantes volvieron a desaparecer y ya no regresaron.
No se sabe si fue por broma o por puro vicio, pero antes de partir definitivamente se llevaron un par de atados de cigarrillos del interior del salón de ventas, aunque despreciaron el resto de la mercadería. Huyeron en la traffic, en la que llevaban una botín algo más cuantioso: 3.500 paquetes de cigarrillos marca Marlboro.
"Yo tenía el corazón a mil", describió Zampedri, quien instaló el local hace cuatro meses y ya sufrió un asalto. "Te da bronca porque uno se mata laburando todo se día y te sacan la plata así nomás", continuó, sin ocultar la indignación.
Para el comerciante, que a raíz del asalto decidió bajar las persianas del local un poco más temprano, las sorpresas no terminaron ahí. Cuando fue a la comisaría 2ª, que investiga el caso, se encontró con un cliente al que habían asaltado a la misma hora, a media cuadra de allí. De todos modos, Zampedri descartó que se tratara de los mismos los ladrones: "Los que me asaltaron a mí venían siguiendo al repartidor. Esto estaba preparado. Me tocó a mí como le pudo haber tocado al quiosquero de la otra cuadra", apuntó.