Isidoro Gilbert
La aceptación por parte del gobierno argentino de cumplir con duras condiciones para que se monitoree mensualmente el cumplimiento del déficit cero, haría que hoy el FMI informe que la semana próxima se reunirá su directorio para liberar fondos a la Argentina. Estos recursos se usarán para fortalecer el sistema financiero pero no podrán utilizarse para pagar deudas de corto plazo ni para asumir contingencias fiscales. Las declaraciones que ayer brindó el secretario del Tesoro de EEUU, Paul O"Neill, apoyando los esfuerzos de las autoridades argentinas para enfrentar la crisis financiera, desbrozó el camino, y el ánimo, para que el FMI diera señales de que había un cambio de actitud. Exigencias muy irritantes, como girarle a las provincias por coparticipación federal según lo que se recaude y no una suma fija, fueron aceptadas por Domingo Cavallo y el presidente Fernando de la Rúa. Una cuestión que ya abre un escenario de tormenta entre el gobierno nacional y los gobernadores. Fuentes consultadas en Nueva York, indicaron que ayer los operadores manejaban que el paquete alcanzaría a los 15 mil millones de dólares. Este volumen se generaría así: 6 mil millones nuevos que aporta el FMI y 4 mil millones pendientes del blindaje (se incorporan el Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo); otros dos mil por gobiernos europeos (España especialmente, por la grave preocupación por la suerte de sus empresas en la Argentina y finalmente), y tres mil millones de la llamada "línea Repo", un segmento financiero que opera con bonos de la deuda. La información más sofisticada de los círculos financieros atribuyen los cambios en el FMI a una mayor presión de EEUU, después que O'Neill cambió su postura de no participar de planes de rescate. Lo hizo alentado por el consejo que le dio al Presidente George W. Bush su "economic advisor", Lawrence Lindsey, el más duro de los consejeros de la Casa Blanca en materia económica. Ayer no se había podido establecer si el jefe de la delegación negociadora de Argentina, Daniel Marx, había conseguido hablar con Lindsey, tras varios frustrados intentos de conseguir un encuentro. Las versiones sobre el acuerdo son genéricas, pero no por eso se puede aguardar otra cosa que dureza. Si las provincias no podrán contar con sumas previsibles, menos lo harán los estatales que cobren sus salarios y los jubilados, al menos en los primeros meses. El programa de ajuste incluye además drásticas reformas, por otro lado ya iniciadas, en el Ansés y el Pami ,y el acceso del capital privado al Banco Nación. Las dudas que subsistían no se originaban en la voluntad oficial de cumplir a rajatabla con el programa de déficit cero, abandonando incluso la idea de medirlo por períodos mas prolongados que los mensuales, sino en la capacidad política del gobierno de poder sostenerlo en el tiempo. La derrota que sufrió el presidente el domingo en la interna radical porteña en manos de Rodolfo Terragno, que levantó la bandera de pedir la salida de Domingo Cavallo del gobierno, provocó no pocas confusiones en el FMI. Con todo, la posibilidad de que una demora en las definiciones podría anticipar una debacle (léase cesación de pagos) primó sobre la idea anterior de que "el mercado ya descontaba una moratoria argentina" que estuvo en la cabeza de los operadores estos días, más allá de las especulaciones en serie. Se espera que los anuncios incidan para que no sigan saliendo del sistema financiero.
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