Año CXXXIV
 Nº 49.210
Rosario,
jueves  16 de
agosto de 2001
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Un director con facilidades y deudas

Al contrato escandaloso que un integrante del Enapro firmó con el propio ente para el uso de depósitos en el puerto, ahora se suma el incumplimiento en el pago de dicho canon irrisorio. La Aceitera General Deheza -cuyo director ejecutivo es Juan Carlos Vilanova, quien es a su vez uno de los directores del Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro)- le debe al puerto de Rosario casi cuarenta mil pesos en concepto de alquiler de los galpones en donde la firma acopia aceite vegetal.
A la situación revelada por La Capital en su edición del sábado pasado, ahora se le incorpora un ingrediente que lo transforma en un bochorno. En junio del año pasado, el representante en el Enapro de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas, Juan Carlos Vilanova, consiguió como apoderado de Aceitera General Deheza (AGD) un contrato más que beneficioso para la compañía aceitera.
Por el uso de 26 tanques de almacenaje de productos vegetales, AGD sólo debía pagarle al Enapro un canon mensual de 6.280 pesos, cuando estimaciones oficiales llevan este monto hasta los 70 mil pesos.
Ahora se confirmó que la permisionaria está en mora. La deuda que la aceitera a la fecha ronda los treinta y siete mil pesos, y su contrato finaliza a fin de año.
Varios observadores del proceso licitatorio en el puerto, han planteado la incompatibilidad de Vilanova para ejercer su cargo dentro del Enapro, mientras siga ligado a los muelles rosarinos a través de negocios con la aceitera.
Otra empresa aceitera que firmó contrato con el Enapro para arrendar los galpones en conjunto con General Deheza, es Bunge Ceval Sociedad Anónima, que le debe al Enapro más de diez mil pesos por el pago de un canon idéntico al de AGD.
Como se puede apreciar la diferencia entre el monto de alquiler fijado en el contrato y lo que según las estimaciones deberían pagar las empresas asciende a no menos de cuarenta mil pesos mensuales, lo que significa para la aceitera que dirige Juan Carlos Vilanova una ganancia extra anual no inferior a los cuatrocientos mil o quinientos mil pesos.
En el seno del Enapro, la doble condición de Vilanova ha agitado las aguas. Muchos especulan que por estas horas, Grande podría promover la rescisión contractual con las firmas aceiteras o por el contrario apretar el acelerador a fondo y solicitar públicamente la renuncia del representante de las cámaras portuarias y marítimas.


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