Año CXXXIV
 Nº 49.210
Rosario,
jueves  16 de
agosto de 2001
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La directora quiso evitar el panfleto en su filme "Los pasos perdidos"
Manane Rodríguez: "Busqué una ética de la mirada"
La cineasta uruguaya cuenta la historia de una hija de desaparecidos encontrada por su abuelo en España

La película "Los pasos perdidos", de la cineasta uruguaya radicada en España Manane Rodríguez, se estrena hoy en el Village. La realizadora, que visitó Buenos Aires para apoyar el filme, adelantó a Escenario que no se trata de "una película sobre el pasado sino sobre un tema clásico del cine: la identidad", y añadió: "Espero que en la Argentina se pueda ver sin la sensación de que se trata de una historia más sobre la dictadura y los desaparecidos".
El filme está protagonizado por los argentinos Luis Brandoni y Federico Luppi, y por las españolas Concha Velasco e Irene Visedo, como la nieta del escritor. Cuenta la historia de un escritor argentino (Luppi) que busca a su nieta, robada luego de la muerte de sus padres a manos de la dictadura que se instaló en la Argentina en 1976. La investigación lo lleva a España, donde descubre que vive su nieta, sin saber absolutamente nada de sus verdaderos orígenes. "Los pasos perdidos" es la segunda película de Manane Rodríguez y se realizó en coproducción entre España y la Argentina. La primera fue "Retrato de mujer con hombre al fondo". De acuerdo con la directora, el hecho de que sea una coproducción no alteró en nada el guió original, ya que desde el inicio la historia se desarrollaba entre la Argentina y España, y por tanto para su realización se iban a necesitar actores españoles y argentinos.
-¿Qué te llevó a hacer una película sobre hijos de desaparecidos?
-Era una historia que le había ocurrido a algún amigo mío y por otro lado había otro amigo desaparecido cuyo hijito también quedó desaparecido. Además, la cantidad de apariciones y recuperaciones de chicos fue algo que tomó bastante vuelo en la información. En España, que es donde yo vivo, el tema tuvo mucho repercusión en los últimos años, y como es un tema verdaderamente espeluznante, me pareció que valía la pena acercarse a él pero desde el lugar de los chicos recuperados.
-¿Cómo se ve eso en la película?
-Le otorgué la mirada, el punto de vista, a la joven que ve su identidad cuestionada. A partir de eso intenté una ficción. Esto es algo que quiero remarcar: es toda ficción, a pesar de que esté basada en mucha documentación y haya momentos de distintos casos que utilizamos para armar los personajes. La película no se basa, sin embargo, en ningún personaje de la vida real.
-¿La aclaración es porque se dice que la historia del abuelo que busca a su hija es la del escritor Juan Gelman?
-Sí, claro. Pero las historias no son iguales, el parecido es que en la película es un escritor argentino que busca a su nieta. Juan Gelman buscaba a un nieto o a una nieta, y mi guión se escribió, por suerte, antes de que Gelman encontrase a su nieta. La nieta de Gelman nació en un centro clandestino y la chica de la película tiene un año y medio cuando matan a sus padres. Lo que sí es cierto es que cuando yo tenía escrito el tratamiento del guión, Juan Gelman fue a España. Yo no lo conocía y me impresionó su tristeza, su mirada sobria y a la par muy tristona. Yo ya había escrito la historia, pero me quedó grabada la imagen de Gelman. Después le conté por e-mail mi proyecto y le pedí un poema para una escena de la película.
-¿Y te lo dio?
-El me dijo que me daba un poema para lo que quisiese, pero que le resultaba un poco duro que apareciese en la película porque él estaba en la búsqueda, aún no sabía, de su nieto o nieta. Y entonces si el poema era de él, el personaje sin duda se iba a transformar en Gelman, aunque la trama no se correspondiese con su historia.
-¿Cuál es la relación con "La historia oficial"?
-Son situaciones distintas, pero el punto de vista es distinto. Es el punto de vista de los jóvenes que viven el problema de sus orígenes, y a los que les cuesta, cómo no, hablar y aceptar que la verdad puede ser distinta a lo que creyeron mucho tiempo.
-En la Argentina, ¿te parece que la gente quiere verla o le escapa al tema?
-No sé, pero siempre es un temor que la gente piense que la película es un panfleto o un tratamiento más sobre el tema. Me gustaría despejar ese fantasma, porque "Los pasos perdidos" es una película sobre una chica que busca su identidad, e independientemente del marco, creo que es uno de los temas clásicos del cine. Por eso me parece que la película puede verse al margen de cualquier posicionamiento. En España, por ejemplo, la gente dice "otra película sobre la Guerra Civil" y, en realidad, se han hecho muy pocas películas sobre la Guerra Civil (risas). Sin embargo, la sensación es que el tema los acosa. Espero que en la Argentina puedan verla sin ese peso.
-¿Qué puede atraer de la película?
-No es una película sobre el pasado. Está situada hoy y con una chica de hoy, con sus problemas. Estamos hablando de gente que podés encontrarte en el colectivo, en la esquina o en el trabajo. La ficción es interesante porque permite conocer a un personaje desde sus sentimientos y temores, y eso puede ayudar a entender a alguien que podés tener cerca.
-¿Haber vivido en España te dio el distanciamiento necesario para poder abordar el tema?
-No lo sé, para distanciarse no hace falta irse lejos en términos de kilómetros. Es una postura. Tuve mucho cuidado en los personajes y busqué una ética de la mirada, que hace que no sea yo quien dé las opiniones, sino que sean de los personajes. Fue un gran trabajo eludir las tentaciones de que se cuelen mis pensamientos, o que los actores colaran los suyos. Quise una mirada lo más neutra posible.
-¿Es posible esa neutralidad?
-Por más neutras que se planteen las cosas, por más que los personajes tengan opciones iguales, nadie se asocia naturalmente al crimen en forma voluntaria. Entonces, la neutralidad tiene ese límite. No hay clisés entre malos y buenos, porque el tema es más profundo y están juego los afectos.
-¿Pero hay personajes que eligen el mal?
-Creo que no lo hubieran elegido. El problema es que en un momento dado ello hicieron algo que les pesa el resto de los días. Tomaron una chica que no era suya y esto no podía resolverse como un trámite.
F.T.



Luppi es un escritor argentino que busca a su nieta.
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