Año CXXXIV
 Nº 49.207
Rosario,
lunes  13 de
agosto de 2001
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La distinción de vivir en el Parque
Sobresalen las residencias de estilo inglés y la arboleda. El tránsito está en los bulevares y no ingresa al barrio

Sergio Roulier

El barrio Parque posee un toque de distinción. Sobresalen sus viviendas de estilo inglés y la arboleda de sus veredas. Aunque está cerca del centro, en sus calles internas circulan pocos vehículos, ya que está encerrado por el parque de la Independencia y el cementerio. Su cercanía al pulmón de la ciudad le dio su nombre y un estilo de vida a sus vecinos, amantes del aire puro y los deportes. Los habitantes son de clase media acomodada y sólo sobre los límites decae el nivel adquisitivo. Reúne las características propias de un barrio, con señoras que queman hojas en invierno e instituciones arraigadas a la idiosincrasia del lugar. Lo buscan por su paz y el tipo de construcciones. Tiene aires de la Recoleta porteña, a lo que la gente dice no querer parecerse.
A pesar de sus reducidas dimensiones, barrio Parque cuenta con una identidad que lo diferencia de las zonas vecinas. En el pasado formó parte del sector de quintas de San Francisquito, pero la inauguración de "las viviendas del trabajador", en 1928, cambiaron la historia. Las casas estuvieron destinadas a empleados jerarquizados que le dieron un perfil distinguido al lugar y marcaron las diferencias con el resto. Fue siempre un sitio de nativos y pocos inmigrantes. "Allí vivían los pitucos", recordó Amador Salinas (86 años) quien hacía el reparto de leche y hoy vive sobre Francia.
En el corazón del barrio, la gente conservó la fachada de las casas y su espíritu residencial. Muchos todavía quedan y otros vendieron. Hoy lo habitan jueces, periodistas, abogados, comerciantes y empleados públicos, entre otros.
Hasta mantuvieron las instituciones. Muchos niños del barrio van a la escuela República de Bolivia y asisten a la biblioteca popular. Esta última, con unos 7.500 títulos, es un orgullo para los vecinos. Los clubes ya no son el centro social de entonces y en materia deportiva sintieron la presencia de los que están en el parque Independencia, donde asiste una buena parte de las familias.
La vida en contacto con la naturaleza se da por cercanía y contagio. Al parque se va a hacer aerobismo, pic-nics y a jugar al fútbol. La gente elige la avenida Francia, más en verano, para pasear o tomar un helado. La tranquilidad de sus calles se altera cuando hay partidos en el estadio de Newell's. Se estacionan muchos autos y los vecinos toman sus precauciones, como Marcelo, quien debe cuidar que su hijo no salga a la vereda con la camiseta de Central, según cuenta.
Existen otros problemas. Daniel Tolosa, secretario de la vecinal, enumera una serie de reclamos barriales, como la necesidad de destapar las bocas de tormenta -"cuando llueve muy fuerte, hay casas que se inundan", dice-, podar los árboles y recuperar la línea 114 debido a que no se cuenta con servicios para llegar a la Siberia o el río.
La inseguridad es otro dolor de cabeza. Al almacén de Suipacha y La Paz tantas veces lo asaltaron que los vecinos debieron pedir un refuerzo en la custodia policial. Les pusieron un par de patrulleros en la cuadra, es como una especie de sub comisaría sin sede que la gente llama la "sub quinta".
Hay pequeños negocios y muy tradicionales, dedicados más al expendio de comestibles. Sobre Ovidio Lagos, la reapertura de una concesionaria de autos trajo un poco más de movimiento a una zona muy deprimida. Sobre 27 de Febrero, el paisaje comercial es más activo.
A Parque lo habitan personajes muy identificados en el barrio. Entre otros, Don Salinas es a quien se consulta sobre la historia del lugar, Nilda Correas es otra historiadora y también poetisa, y Pedro Vaccari es el presidente del Club Nuevo Aurora y muy vinculado a las otras instituciones. Fernando es el más conocido; si no, hay que preguntar en el barrio a quién no acompañó por la calle y le habló sobre cualquier tema de la vida hasta que encontró a otro vecino e hizo lo mismo.



En en barrio Parque sobresale la tranquilidad de sus calles.
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El personaje: Ignacio Suriani
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