La aftosa se instaló desde el año pasado como tema de debate a nivel mundial. Argentina padeció especialmente las consecuencias del mal en el comercio internacional pero hubo focos en todos los países del Mercosur y en Europa. Cuando todavía no se había recuperado del impacto de las vacas locas, reapareció la aftosa en el viejo continente, a partir de la aparición de animales enfermos en Inglaterra, Alemania y Holanda, después de 20 años.
Las medidas tomadas fueron extremas. Se ordenó la matanza de miles de animales en los distintos países donde apareció el mal y se dispusieron estrategias de prevención como la suspensión de eventos internacionales, que implicaran grandes concentraciones de personas.
La reaparición de una enfermedad que se creía erradicada puso en el centro de la discusión un nuevo debate: si es posible sostener un país libre de aftosa sin vacunación. En ese sentido, el director general de la Organización Internacional de Epizootias, Bernard Vallat, subrayaba en la apertura de una conferencia internacional científica sobre el tema que "la erradicación de la enfermedad, que es endémica en algunas regiones, es del interés de todo el mundo", mientras que el jefe de Sanidad Animal de ese mismo organismo, Ives Cheneau, aseguraba que "la crisis de los dos últimos meses obliga a Europa a mirar el problema desde otra perspectiva".
Sin demasiadas precisiones, Cheneau dejaba entrever que ciertas posturas podían llegar a ser más flexibles. No obstante, el jefe de sanidad de la OIE calificaba la situación de argentina como "desastrosa".
Los actores argentinos reconocen que el organismo sanitario le hizo un guiño al país para que controlara el mal. Pero también advierten que se está pagando el precio del ocultamiento.
La sanción
"¿Porqué 77 países fueron tan duros con nosotros?", se preguntó el presidente del Senasa, Bernardo Cané. Y se respondió: "Porque Argentina perdió credibilidad, ya que no fue transparente, porque exportó a países con riesgo mínimo, como Estados Unidos, Europa y no se informó en tiempo y forma. El servicio sanitario es un escribano que da fe, por eso estamos suspendidos. Es una sanción con razón", sentenció.
El especialista Juan José Noste tiene su postura respecto del debate acerca de si debe existir la categoría de libre de aftosa sin vacunación. "No sé si se podría dejar de vacunar, pero es una decisión politica. Si países como Estados Unidos lograron erradicar el mal sin vacuna, seguro que se lo van a exigir a todos los que quieran venderlo", explicó el investigador.
Así, el juego de intereses económicos y políticas que determinan la importancia de tal o cual enfermedad para circular libremente por determinados mercados, deberá dirimir, una vez más, las prioridades para los países exportadores de carne.