Héctor Barreiros y Lauro Campos reconocen que el teatro en Rosario siempre fue de autogestión: "Acá no hay empresarios y todos hacemos nuestra autogestión", dijo Barreiros. Al respecto Lauro Campos añadió: "Antes era muy barato hacer teatro. Hoy la gente en tres horas está en Buenos Aires, ve «Chicago» y queda extasiado". La intervención del Instituto Nacional del Teatro facilitó las cosas, según Valci: "Hoy por suerte están los subsidios del Instituto, que trámites mediante, otorgan subsidios. Yo lo hice con «Papi» y eso me facilitó tanto la escenografía como la publicidad". Acerca de si la actividad tiene objetivos diferentes a los de hace casi 50 años, Campos comentó: "En todas las épocas hubo gente que lo hizo para expresarse, pero también hubo mentirosos. Yo siempre dije que hago teatro para que me quieran y para que la gente se entretenga. Creo en rescatar al teatro como medio de entretenimiento, pero al mismo tiempo se puede reflexionar y entretener". Al mismo tiempo no descartó tendencias menos ortodoxas para entretener: "Yo no rechazo la vanguardia -aclaró Campos- porque también puedo elegir un espejo deformante para pintar la realidad. ¿Por qué subestimar al público, o pensar que mi abuela no lo va a entender? Mi mamá tiene 82 años y ella entiende mucho más símbolos que un chico que nunca vio teatro".
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