Los tiempos para la Justicia holandesa no son siempre los mismos. Cuando debió notificar al juez Osvaldo Barbero acerca de que se le había concedido la extradición de Sebastián Pira, se demoró cerca de un mes. Sin embargo, para notificar la fuga del joven rosarino sólo necesitó de tres horas. El fax comunicando la novedad llegó a los Tribunales locales apenas se supo del incierto paradero del muchacho.
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