Año CXXXIV
 Nº 49.190
Rosario,
viernes  03 de
agosto de 2001
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"Es insólito, me cuesta creerlo"

Felipe Caruso ya no sabe qué pensar ni qué decir acerca de la extraña facilidad con la que Sebastián Pira suele escurrirse sin dejar rastros. Ayer, ni bien entró a su casa, encendió el televisor y se enteró a través de un noticiero que el muchacho que mató a su hija Daniela y a María Celeste Haiek otra vez había escapado. "Me pareció insólito, me costaba creerlo", confesó después a La Capital.
Felipe, que siempre tuvo un perfil bajo y se dedicó a exigir castigo al culpable casi en silencio, respetando los tiempos de la Justicia aun cuando no fueran los suyos, ahora decidió mostrar otra cara. "Voy a seguir adelante y voy a empezar a golpear todas las puertas. Voy a exigir explicaciones. Porque alguien me va a tener que decir por qué Pira estaba libre después de haber hecho todo lo que hizo: primero se escapó, después salió de la Argentina con su propio pasaporte cuando tenía pedido de captura, paseó por Europa durante más de dos años y no se cuántas cosas más. Y ahora otra vez se fue. ¿Quién responderá ante mí o ante las autoridades argentinas por lo que él hizo? Esto es lo que alguien me va a tener que decir", disparó ayer envuelto por los recuerdos de su dulce Daniela, la hija que Pira le arrebató conduciendo a más de 130 kilómetros por hora una madrugada de locura y de muerte.


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