Felipe Caruso ya no sabe qué pensar ni qué decir acerca de la extraña facilidad con la que Sebastián Pira suele escurrirse sin dejar rastros. Ayer, ni bien entró a su casa, encendió el televisor y se enteró a través de un noticiero que el muchacho que mató a su hija Daniela y a María Celeste Haiek otra vez había escapado. "Me pareció insólito, me costaba creerlo", confesó después a La Capital. Felipe, que siempre tuvo un perfil bajo y se dedicó a exigir castigo al culpable casi en silencio, respetando los tiempos de la Justicia aun cuando no fueran los suyos, ahora decidió mostrar otra cara. "Voy a seguir adelante y voy a empezar a golpear todas las puertas. Voy a exigir explicaciones. Porque alguien me va a tener que decir por qué Pira estaba libre después de haber hecho todo lo que hizo: primero se escapó, después salió de la Argentina con su propio pasaporte cuando tenía pedido de captura, paseó por Europa durante más de dos años y no se cuántas cosas más. Y ahora otra vez se fue. ¿Quién responderá ante mí o ante las autoridades argentinas por lo que él hizo? Esto es lo que alguien me va a tener que decir", disparó ayer envuelto por los recuerdos de su dulce Daniela, la hija que Pira le arrebató conduciendo a más de 130 kilómetros por hora una madrugada de locura y de muerte.
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