Los nuevos cráteres abiertos en las últimas horas de ayer en el volcán Etna, de 3.340 metros de altura, facilitan que la colada de lava, al repartirse, pierda fuerza, aunque continúa la emergencia y los expertos aseguran que dentro de un mes el magma llegará a tres pueblos de la zona siciliana de Catania. A 2.700 metros de altitud, de donde sale la lava que amenaza al centro turístico del refugio Sapienza, se abrieron tres nuevas bocas, mientras que a 2.550 metros se abrieron otras dos. Las coladas que se crearon se dirigen hacia el valle del Bove, una zona desierta, y hacia el monte Nero de los Zappini, consideradas zonas seguras. Estas coladas, según los vulcanólogos, arrebataron un tercio de la lava a la boca principal, lo que hizo que disminuya el flujo en el vertido que amenaza al refugio Sapienza, que alberga un hotel de 30 habitaciones, dos bares, un restaurante y 13 tiendas, y del que parte un teleférico que subía hasta los 2.900 metros. Actualmente este teleférico dejó de funcionar, porque en las últimas horas la lava se tragó cuatro pilones, una estación de remontes de esquí y una cochera donde se guardaban máquinas quitanieves. La lava cubrió la mitad del gran estacionamiento del centro turístico, aunque el trabajo sin descanso de los hombres de Protección Civil y del Ejército -que construyen sin parar terraplenes y zanjas para desviar el frente de lava- permitió, hasta el momento, que no llegue al hotel. Otra boca fue abierta en la cota de 2.100 metros, de donde sale el río de lava que está a cuatro kilómetros de Nicolosi, el pueblo de 6.000 habitantes levantado en las faldas del Etna y que en esta erupción es el más amenazado. La nueva colada sigue la misma dirección de la otra, pero se mueve con mucha lentitud y de momento no se teme por la seguridad del pueblo, para el que ya hay previsto un plan de evacuación. Según profesores del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Catania, la ciudad de 350 mil habitantes que se levanta también a las faldas del volcán, Nicolosi no es el único pueblo en peligro, ya que si la colada actual sigue alimentandose de lava al mismo ritmo que ahora, dentro de un mes habrá alcanzado otros dos pueblos, Cisterna y Belpasso. Taormina, la localidad turística más famosa y frecuentada de Sicilia, sigue con preocupación la erupción del Etna. La tensión volvió a ser alta ayer, luego que el aeropuerto de Catania debió ser clausurado por ocho horas, para remover las cenizas volcánicas de la pista. Los vuelos, incluyendo numerosos charters con miles de turistas que se dirigían a Taormina, fueron desviados a Palermo, con el perjuicio de demoras y traslados terrestres. Los operadores turísticos taormineses temen que sean anuladas otras reservas luego que días atras fueron canceladas más de un centenar. La asociación de hoteleros está enviando mensajes a todas las agencias de viaje de Europa para "modificar cierta información aproximativa de parte de ciertos diarios y televisiones", declaró el alcalde local, Mario Bolognari. "Hemos precisado que Taormina y sus alrededores están totalmente afuera, muy lejos del escenario de la erupción", aunque desde esa ciudad se tiene una clara visión panorámica del volcán en actividad. El presidente de los hoteleros, Giuseppe Trefiletti dijo que han pedido ayuda al Estado en forma preventiva.
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