En una de sus últimas homilías, monseñor Eduardo Martín fustigó el proyecto y consideró que no respetaba al hombre en su totalidad. "Se habla de salud reproductiva de una manera que conlleva implícitamente a una mentalidad atea", dijo el sacerdote. "En el proyecto no se habla en ningún momento de fogonear los métodos naturales y esto debe tener que ver con que esa postura no tiene buena prensa ya que la abstención sexual hoy está prácticamente censurada", señaló Martín, y agregó que "educar no debe significar sólo el reparto de profilácticos". En tren de fundamentar la postura de abstención sexual Martín dijo que "quienes más tienen por perder son los laboratorios que no podrían distribuir pastillas anticonceptivas ni profilácticos", y acotó: "Hoy la Iglesia tiene una posición que es una voz en el desierto aunque lo único que quiere es el bien del hombre en su conjunto".
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