El ministro de Hacienda de la provincia, Juan Carlos Mercier, no utiliza la palabra "trampa" pero al escucharlo, queda claro que en "eso" se transformó la convertibilidad económica que rige el país. Ya sea por que no se actuó "como hubiese sido necesario" o porque se sobreestimaron los efectos positivos del sistema, o por cualquier otra razón, resulta "tanto o más desastroso abandonar que seguir en este esquema", según sus propias palabras.
Mercier tuvo una semana explosiva. Le tocó analizar punto por punto los términos del acuerdo con el gobierno nacional por el recorte y empezar a analizar los efectos que tendrá sobre la provincia. Recibió con alegría la noticia de que llegarán los 330 millones de dólares tan esperados del Banco Mundial y se presentó ante los legisladores provinciales para informarles que Santa Fe no podrá cumplir con el déficit cero en el transcurso de este año, y advertirles que es posible que haya que tomar medidas "drásticas".
Así como están las cosas, plantea el titular de Hacienda, la provincia no llega al déficit cero en el transcurso de este año. ¿Podrá hacerlo más adelante? La respuesta es una incógnita: "No lo sé. No sabemos que va a pasar mañana", responde a este diario.
Haciendo una pausa, Mercier explica cuál fue la estrategia para pilotear la crisis financiera y repasa el último tramo, para entender el presente: "Conforme iba cayendo la recaudación, en el análisis que hicimos hace dos meses atrás calculamos que íbamos a tener un déficit de 100 millones por sobre los 98 que habían sido presupuestados. Fue entonces que decidimos comenzar a fomentar ahorro en distintas áreas y buscar recursos extraordinarios, como ser la venta de las garantías del banco. Sobre estos recursos y con algún esfuerzo extra, la idea es tratar de mantener por lo menos el déficit original, que es el que hay en caja con acuerdo del Nuevo Banco de Santa Fe.
"Antes de este fenómeno nos planteamos alcanzar el déficit cero en el 2003, llegar ahora en estos 3 meses lo veo muy complicado. No creo que esta sea la meta pero vamos a hacer todo el esfuerzo", reflexionó durante el encuentro que mantuvo con los legisladores el jueves pasado, que presenció La Capital .
Convencido de que las mayores exigencias vendrán a partir del año que viene, Mercier apunta por estos días su mirada hacia la Nación, de quien espera cumpla con los compromisos firmados en pactos anteriores.
La preocupación del ministro se concentra en la cifra del déficit. Estaban previstos 98 millones de dólares, pero el número se agrandó por la caída de la recaudación. "El déficit finalmente dependerá de lo que la Nación deje de cumplir", dice Mercier con todo énfasis.
El manejo interno de los recursos en estas condiciones no parece una tarea fácil de resolver. "Los otros ministros también se quejan de incumplimientos en los distintos programas nacionales, y así se suman las complicaciones. Por ejemplo, si no viene la plata del incentivo docente se generan dificultades con los maestros, y así seguimos".
La ingeniería financiera que se puso en marcha contempla la emisión de un bono federal emitido por la Nación, un instrumento que según el esquema nacional se debería compartir con Córdoba. Sin embargo, Mercier no quiere saber nada con compartir un mismo pozo con la provincia mediterránea: "A nosotros no nos interesa, salvo que se consiguiera un mecanismo indirecto por el cual le pudiéramos cobrarle a la Nación lo que nos debe", plantea, pero advierte: "Estaríamos de acuerdo si pudiéramos tomar el bono con garantía de la Nación, porque entonces lograríamos lo que no hemos logrado hasta ahora que es cobrar lo que nos deben".
Un poco de historia
Para Mercier las cosas están "muy mal" y las posibilidades de mejorar no parecen viables en el corto plazo. Respecto a la convertibilidad, el ministro de Hacienda fue contundente: "Nos atamos de manos respecto de la política monetaria, que es una de las herramientas básicas para hacer política económica", señala.
Mercier se remonta a unos años atrás para explicar el fenómeno. "Durante el 92 y el 94 la Argentina tomó un gran auge económico hasta que comenzó a surgir un incipiente déficit fiscal al cual no se le presta mayor atención. Pero llegó el efecto Tequila, una crisis de confianza provocada por los mejicanos por alterar valores conocidos por la comunidad financiera con la complicidad de algunos agentes u operadores financieros, y eso hizo que todos los ojos se volvieran sobre la Argentina", relató.
Mercier apunta que esa fue la primera experiencia "dura" para la convertibilidad. "Nuestra experiencia como gobierno -dice- nos llevó a que mediados de mayo de 1995 quedemos a un paso de perder la convertibilidad. Los mercados hicieron que se fuera del país un 18 a 20 por ciento de los depósitos, que eran un monto equivalente a la reserva en dólares, hubo corridas bancarias y un problema de liquidez muy agudo. En Santa Fe, a fines del 94 teníamos un excedente de Tesoro del orden de los 200 millones y resistimos las huelgas por reclamo de aumento de sueldos por que veíamos que las cosas no estaban claras. Esto permitió a la provincia llegara fines de 1995 sin tomar deudas, mientras que otras que habían usado la política del déficit fiscal y el endeudamiento caían estrepitósamente. El caso de Córdoba fue patético, como se puede recordar".
Los recuerdos se suceden unos tras otros. Mercier refuerza la idea de que una posición política de restricción crediticia fue y es la mejor tabla de salvación. "En aquel entonces hicimos una reunión de trabajo de varios ministros y el Ministerio de Economía que había contratado de asesores a López Murphy, Sturzenegger y algún otro más. Ahí propusimos un pacto fiscal que nunca se conoció".
"Otra cosa que no se aprobó es la constitución de un organismo federal de asignación del crédito público, imponiendo límites y metas al endeudamiento de cada distrito y se diera posibilidad de acceder a las distintas líneas de financiamiento en proporción a esas condiciones".