Daniel Leñini
Lo dicen las armerías, la Policía y también funcionarios del Renar (Registro Nacional de Armas): "Eso de que la gente se arma para hacer frente a los delincuentes es un bluff; en Rosario no existe".
Según datos oficiales, en la Argentina hay 2,3 millones de armas registradas, un promedio de seis por cada 100 habitantes. De ellas, alrededor de 35.000 están en Rosario, esto es el cuatro por ciento, un tanto más bajo que la media nacional.
Pero el comisario Egidio Lo Giudice, jefe de Logística de la Unidad Regional II, baja aún más la importancia de ese porcentaje ya que "en realidad existen coleccionistas que atesoran varias armas y otros aficionados que poseen, por ejemplo, cuatro o cinco carabinas cada una para distinta disciplina: tiro práctico, al pato, al platillo, silueta olímpica. La gente no está armada" asegura
Pedro Sabadoto, de la armería tradicional de avenida Alberdi, señaló que "la apuesta a la justicia por mano propia gracias a Dios está desapareciendo. La realidad demostró que herir o matar a alguien genera un problema muy complicado" (ver recuadro).
Otro armero del centro, Ricardo Kalunga, relató: "Cuando viene alguien que quiere un revólver para correr a los delincuentes por si le entran al patio le pregunto si no pensó en poner una alarma o un censor que encienda la luz. Trato que se les vaya la calentura ya que en general la gente no está preparada para tener un arma".
La venta de armas de uso civil decrece pese a que los precios son menores a otras épocas: un revólver Doberman cuesta menos de 100 pesos, una pistola Bersa calibre 22 cerca de 230 y una escopeta 145 pesos.
"Un dato fundamental no debe quedar al margen -advierte Sabadoto-: las armerías no entregamos más el arma en el instante en que el cliente la compra sino a los 25, 30 días, una vez llegada la autorización del Renar. Eso le quita entusiasmo al comprador que la quiere enseguida".
Las cifras actuales señalan que en la provincia de Santa Fe existen 71.598 armas registradas (56.700 de uso civil y 14.900 de guerra o condicional) y 50.770 personas con carné de legítimo usuario. De éstas, 40.500 poseen credencial para uso no condicional (calibres 22, 32, 635, escopetas de caza, pistolones, etc.) y las restantes 10.270 para armas de guerra (condicional).
Los números, sin embargo, no representan el total real de armas ya que hay que sumar el mercado negro, imposible de medir. De todas maneras el delegado local del Renar, Raúl Octavio Bartolucci, aseguró que "cada vez hay menos armas sin documentación" destacando que cerca de 3.000 fueron blanqueadas este año (ver nota aparte). Pero además señaló que 134 fueron entregadas por particulares al organismo, en su mayoría porque las habían recibido heredadas y no las querían más en sus domicilios.
"Hay que diferenciar -advierte el comisario Lo Giudice- entre lo que sucede con la ciudadanía, que como dijimos en general no está armada, y lo que en cambio pasa con los delincuentes, enfierrados con pistolas 9 milímetros robadas a la Policía, agencias de seguridad o conseguidas en el mercado negro. No andan más como en la década del 80 con los revólveres Bagual que se oxidaban rápido y a veces no disparaban".
Según se comenta, en el mercado ilícito una 9 milímetros se consigue por menos de 100 pesos (algunos la cambian por droga) cuando una legal vale cerca de 400, si es nacional.
Las cifras oficiales de Rosario, la provincia de Santa Fe y Argentina contrastan, por ejemplo, con la realidad de Estados Unidos donde la cantidad de armas pequeñas y ligeras ronda los 144 millones y ocho de cada 10 personas (el 80 por ciento de la población) posee una.
Allá los usuarios son tantos que existe una organización que los nuclea: la Asociación Nacional del Rifle, que defiende la venta irrestricta y aporta dineros a las campañas de candidatos que apoyan la idea. Está presidida por el actor Charlton Heston y tiene 3,6 millones de miembros.
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La Ciudad
